La hermana República de Venezuela necesita un fin de su proceso electoral colmado de transparencia y limpieza, para que pueda proyectarse hacia el futuro, en una recuperación sostenible, con un área de influencia de estabilidad, para que genere paz y progreso.

Este domingo tendrán los venezolanos unas elecciones para dilucidar su porvenir presente y futuro, y para proyectar hacia Latinoamérica y el mundo, el nivel de democracia que tiene para enfrentar nuevos retos. Todo entre el dictador Nicolas Maduro y el opositor Edmundo Gonzales ( Maria Corina Machado )

La campaña ha sido desastrosa, inequitativa, donde la comunidad internacional empezando por Estados Unidos, fue inferior a la responsabilidad histórica de lograr el derecho de la igualdad para todos los candidatos, y el manejo de los recursos públicos; la dictadura de Maduro coartó completamente la libertad y no ha sido legitimado frente a la comunidad internacional su proceder en este último año, de tal manera que pueda lograrse una plena libertad de decisión del pueblo de Venezuela.

No hay credibilidad en Maduro ni en sus instituciones, porque no ha fortalecido su democracia, solamente el deseo de él y la camarilla del poder chavista.

Es preocupante que la comunidad internacional no haya podido entrar libremente a cumplir su función de observadores, como le pasó a algunos expresidentes, incluyendo a la vicepresidenta de Colombia Marta Lucia Ramírez, a la Senadora colombiana XYZ, y eso indudablemente evidencia que algo grave puede pasar, porque las misiones de observación internacional han debido ser numerosas y rigurosas,  pero el gobierno no las está dejando entrar al país. Es indispensable que la presencia de los partidos políticos en los centros de votación y en el conteo de votos, permita hacer una vigilancia ciudadana importante para validar el resultado de las urnas. Y los organismos internacionales ojalá puedan hacerlos exit polls, de tal manera que los resultados puedan validarse con la debida anticipación,  desde los países extranjeros.

Lo importante es que la jornada electoral sea justa, y no se siga entorpeciendo el proceso de elecciones en Venezuela.

El respeto de los perdedores a los ganadores, debe ser el punto de partida,  siempre y cuando haya transparencia, si no la hay, algo muy grave puede ocurrir como lo presagiaba el dictador Maduro. Hay que luchar para que el veredicto de las urnas sea aceptado de tal manera que se restablezca la estabilidad y la paz en ese hermoso país.

No podemos seguir con fake news desde Venezuela, tanto por el gobierno o en la oposición, porque eso indudablemente es enemigo del desarrollo de la transparencia electoral, y todo debe ser condenado.

Indudablemente, que puede iniciarse una nueva plataforma republicana en Venezuela,  gracias a la participación de millones de venezolanos para fortalecer un nuevo proceso político, donde no haya dudas, sino que sea reflejado el deseo de los venezolanos.

Sabemos que hay una crisis alrededor del día electoral, que se debe resolver con mucha cordura, donde Estados Unidos juega un papel muy importante, por los procesos judiciales que se siguen en ese país contra la cúpula gubernamental.  Interesa la estabilidad del norte de Suramérica y del Caribe que es el área de influencia venezolana.

Redacción