Los 142 temas sobre los que escribe Irene Vallejo en Alguien habló de nosotros, 2023, suelen ser de antes y de ahora; en el primero pide que: “Recordemos los difíciles comienzos” y en el último advierte, hablando de Séneca, que este filósofo hablaba de los emperadores que dejaron huella en su entorno, agregando que: “Porque lo que somos y seremos se debe en gran parte a personas que llevaron vidas escondidas y descansan en tumbas que ningún turista va a visitar”. A los tres filósofos griegos a los que se dedicó una columna pasada (¡Eureka! 03/10/2024) en esta se agregan otros tres que ojalá lleven a saber más de todos al leer el libro.
Pericles (Atenas c. 495 a. E.C.- 429 a. E.C. Atenas) decía que: “El que no sabe y no lo explica con claridad es igual que si no lo hubiera pensado; el que tiene ambas cosas, pero no ama la ciudad, no mira por el bien de la comunidad; y, si se doblega al dinero, todo se pierde por esa sola razón”, al respecto pensaba que: “Tenemos un sistema político que no imita las leyes de otros, sino que servimos de modelo”, y que por lo tanto: “En el trato cotidiano, no nos enfadamos con el prójimo si hace su gusto, ni ponemos mala cara, lo que no es un castigo, pero sí es penoso de ver” pero por supuesto si no es exagerado e invasivo.
Este importante jurista, magistrado, general, político y orador ateniense en los momentos de la edad de oro de la ciudad, entre las Guerras Médicas y las del Peloponeso, llamado el Olímpico por su imponente voz y sus excepcionales dotes de orador, tuvo tanta influencia que Tucídides lo denominó «el primer ciudadano de Atenas». La Hélade, estaba fragmentada en numerosas polis, ciudades-estado, independientes entre sí, que unas veces se aliaban y otras, se enfrentaban en guerras. La civilización griega tuvo un fuerte desarrollo en filosofía y se la suele considerar la «cuna de la civilización occidental»,
Por su parte, Protágoras (Abdera, c. 485 a. E.C. – c. 411 a. E.C., Abdera) pensaba que: “El hombre es la medida de todas las cosas.” Y Tucídides (Atenas c. a.E.C. 460 – c.396 a.E.C. Tracia) historiador y militar ateniense, autor de la Historia de la guerra del Peloponeso y considerado el padre de la historiografía científica, debido a sus estrictos estándares de recopilación de pruebas y de sus análisis en términos de causa-efecto sin referencia a la intervención de dioses, dijo que: “Al llegar a acuerdos, los juramentos tenían una vigencia momentánea por prestarlos cada bando ante el apuro sin otro fundamento”.
Para terminar por ahora, Irene Vallejo recuerda que Epícteto (Hierápolis, 55 – 135, Nicópolis) un filósofo de la escuela estoica que vivió parte de su vida como esclavo en Roma, cuyas enseñanzas se conservan en un Enquiridión, o Manual, y en sus Disertaciones, escritos ambos por su discípulo Flavio Arriano (Nicomedia, c. 86 – 175, Atenas) quien además escribió la Anábasis de Alejandro Magno, y señalaba que: “Todos formamos parte de una comunidad humana vasta, intrincada y ordenada. ¿Dónde en casa? Si sabes quién eres y a quien estás vinculado, sabrás lo que debes hacer”. En casa y en la ciudad siendo urbanitas.
Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011.