Cada día es más evidente que el Presidente Petro solo desea anarquizar y empobrecer el país para lograr sus mal formuladas reformas que no corresponden a la necesidad de mejorar el funcionamiento del Estado e insiste en una Asamblea constituyente para cambiar las normas actuales que no le permiten hacer lo que quisiera. Pero mientras tanto el país se empobrece y la inflación hace cada día más difícil la vida para las gentes que ven disminuir sus recursos y posibilidades ante el declive de las actividades productivas y el crecimiento del desempleo.
Es claramente evidente que el gobierno no actúa para mejorar las cosas; la economía y el empleo no se recuperan y el peso no se revalúa, es decir, cada día el poder adquisitivo de los colombianos es menor, crece la delincuencia en campos y ciudades ante la mayor actividad de los grupos armados, enfrascados supuestamente en unas gaseosas conversaciones de paz mientras estos afianzan su predominio en muchas regiones ante la ausencia de la autoridad y el imperio creciente del narcotráfico con el aumento de las áreas sembradas de coca. De ñapa el gobierno lamentando la muerte de un bandido y con ello ofendiendo y desmotivando a las fuerzas militares y a los colombianos.

A lo anterior se suma el despilfarro y robo de los recursos del Estado, cuyo déficit esperan paliar aumentando el endeudamiento externo cuando la calificación por los evaluadores extranjeros de la economía del país decrece. Igual se cacaraquea una reforma agraria supuestamente repartiendo tierra cuando está demostrado que hacer una finca o tierra productiva requiere un capital, tiempo y trabajo adicional. Una finca no se organiza sola, ese milagro aún no se conoce.
Pero volviendo al principio, el gobierno del caos lleva cada vez más al país a la ruina y para distraer la opinión sigue hablando de la asamblea constituyente que supuestamente pide un pueblo ignaro. En otras palabras, día a día se incrementa el desgobierno y los colombianos piensan que todo se puede arreglar sin hacer nada y que el milagro de la salvación del país caerá del cielo. Como dice la experiencia, soñar no cuesta nada y así amanecerá y no veremos mientras olvidamos que todo se logra solo a Dios rogando y con el mazo dando.