Para algunos sectores de opinión los resultados obtenidos durante los dos primeros años del gobierno del presidente Petro no fueron suficientes para introducir un nuevo modelo de gestión que garantizara el bienestar social para todos los colombianos; a pesar de los esfuerzos realizados en diferentes niveles de la vida económica, política y social, particularmente en lo relacionado con la disminución de la pobreza monetaria.

Para otros sectores, el panorama que se vive en el país es negativo en la medida en que no ven avances significativos en materia de crecimiento económico y social más allá de la pretensión estatista del gobierno nacional y los desacuerdos con los empresarios del sector privado, etc. Entretanto se afirma que la economía continúa estancada o se desarrolla lentamente con tasas bajas de crecimiento con respecto de algunos sectores de la economía, al tiempo que se frena la explotación del petróleo y del gas que nutre mayormente el fisco nacional.

En dichas opiniones se refleja de cierta manera la polarización que se vive en el país desde el punto de vista político e ideológico, lo cual se viene acentuando e impidiendo que se pueda adelantar la propuesta de realizar un diálogo nacional entre el gobierno y las fuerzas de la oposición e independientes.

Mientras tanto se agudizan las contradicciones y conflictos sociales comprometiéndose el presente y futuro de miles de colombianos pertenecientes a diferentes clases y sectores sociales que en la actualidad padecen los rigores del empobrecimiento, agravados con la desaceleración económica, la inflación, las altas tasas de interés a los créditos bancarios, las alzas en las tarifas de la energía, los combustibles, los peajes, los arrendamientos, los alimentos, etc., que conllevan a un mayor empobrecimiento, pérdida sistemática del empleo y aumento de la informalidad, con lo cual se agudiza la condición económica y social de los trabajadores y de amplios sectores de la población.

Y de ahí que el camino a seguir no sea otro que el de unirse, organizarse y realizar las acciones políticas y sociales para lograr un cambio de nuestra realidad social acorde con los intereses y necesidades básicas fundamentales en medio de un proceso de transición y de lucha por una verdadera transformación económica, política y social, que no se limite a la aplicación de las viejas recetas y prácticas del reformismo y del populismo de izquierda o de derecha, cuyos voceros consideran que con las reformas se puede acabar con la pobreza y la desigualdad social que se gesta en la sociedad capitalista y en Colombia con el Estado Social de Derecho encargado formalmente de promover el bienestar general y la prosperidad para los colombianos. Todo lo cual no deja de ser más que una ilusión que mas temprano que tarde se desvanecerá al enfrentar los efectos de las reformas con la realidad social. Por otra parte, los representantes del autodenominado progresismo consideran que el cambio depende de la voluntad popular y la de sus dirigentes, los cuales no podrán sin embargo construir una nueva realidad a su antojo, sin tener en cuenta las condiciones reales de la sociedad, su dinámica social y política, los hábitos y costumbres políticas, además de la disposición de luchar por la consolidación de un nuevo proyecto, particularmente relacionado con la paz estable y duradera como uno de los bienes sociales que le permitan al pueblo colombiano la posibilidad de buscar nuevos horizontes, que por ejemplo le facilitarán, en lugar de inundar los campos y ciudades de violencia, cumplir con otros objetivos como lograr que los campesinos y trabajadores del campo se dediquen a producir toda clase de productos y bienes y con ello a garantizar la sostenibilidad alimentaria del pueblo y la protección del medio natural en todas sus formas y manifestaciones; además de llevarles la salud, la educación, las comunicaciones, la seguridad, etc., especialmente a todas aquellas zonas apartadas del territorio nacional. Así mismo, la consecución de la paz debe servir para generar las condiciones de igualdad de los colombianos y mejorar la convivencia social como parte esencial en la construcción de una nueva sociedad.

Todo esto será posible lograrlo en la medida en que se sustituyan las viejas relaciones económicas, políticas y sociales que hoy se han convertido en un freno del progreso y desarrollo de la sociedad y se construyan en la práctica, con la lucha política y social de las fuerzas democráticas y progresistas otro tipo de relaciones sociales con las cuales se pueda ascender a un nivel superior de desarrollo y progreso, en tanto que el capitalismo no es eterno, pudiéndose superar sus contradicciones y conflictos cambiando las bases mismas del sistema al tiempo que sus defensores no podrán detener las fuerzas del cambio que los ciudadanos lograrán imponen aquí en Colombia y allende de los mares continentales.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social