Este año tendrá lugar en la ciudad de Cali, la cumbre de la biodiversidad a la cual asisten representantes de más de 190 Estados, además de un gran número de organizaciones ambientalistas del planeta; lo que implica recibir más de doce mil invitados que permanecerán en la ciudad como anfitriona de la COP 16.

Dicho evento de carácter internacional es visto por diversos sectores económicos y sociales como una gran oportunidad para dar a conocer nuestra biodiversidad natural y cultural y además realizar grandes negocios que les proporcionará jugosas ganancias y beneficios económicos, particularmente a los promotores de la economía de los servicios entre los cuales se cuentan agencias de turismo, hotelería, restaurantes, centros de diversión, etc.

Entretanto, las autoridades distritales calculan que se crearán cerca de cinco mil empleos directos e indirectos y se inyectará a la economía local cerca de 21 millones de dólares.

Todo este potencial económico y social del cual se beneficiarán los caleños contrasta con el estado en que se encuentra la ciudad, la cual difícilmente podrá superar la crisis general, si antes no se adoptan las medidas políticas, sociales y administrativas para sortear sus problemas en materia fiscal, presupuestal, de endeudamiento, etc., y no obstante el corto plazo de que se dispone para la realización de la cumbre de la COP 16

El hecho de que Cali se convierta en la sede de tan importante evento no es óbice para recordarles a los caleños la celebración en 1971 de los juegos panamericanos que le trajeron a sus organizadores ciertos beneficios económicos en torno al turismo y al empleo, en medio de la imposición de una serie de cambios urbanísticos y de infraestructura con los cuales se distrajo la atención de los caleños de sus verdaderos problemas económicos y sociales.

La idea y la práctica de convertir a Cali en la capital de la biodiversidad de Colombia, constituye sin lugar a dudas un aspecto de especial trascendencia e importancia no solo desde el punto de vista ambiental sino cultural, amén de que se podrán discutir ampliamente los problemas que afectan las relaciones de los seres humanos con la sociedad y el medio ambiente, cuya complejidad deriva de la unidad histórica natural del entorno físico y de la necesidad de aplicar soluciones prácticas para resolver los problemas derivados por ejemplo del cambio climático, pero manteniendo la integridad e interconexión de todos sus elementos esenciales que presupone en primer lugar la tarea de proteger el medio ambiente en toda su diversidad conjuntamente con la actividad de los seres humanos.

En definitiva. se trata de cumplir con el principio aquel de que para satisfacer las necesidades y demandas crecientes de la sociedad, no solo debe conservarse la naturaleza sino enriquecerse, mediante su transformación con fines concretos y precisos y en interés de toda la humanidad.

En cuanto a la ciudad de Cali, el creciente y desbordado aumento de la población ha contribuido a generar una nueva situación que de cierta manera impacta el medio natural en la medida en que se han incrementado la contaminación atmosférica, el agua y los suelos, alterándose con ello la actividad vital de la comunidad caleña, la cual podría deteriorarse sino se adopta una nueva política en materia ecológica y social que tenga por objeto la defensa de los recursos naturales y las regularidades sociales, al igual que las leyes del desarrollo de la naturaleza.

Esto implica dilucidar de antemano aquellos aspectos relacionados con las necesidades comunes de los caleños y las perspectivas de la sociedad en su conjunto en cuanto a la explotación racional de los recursos naturales y el empleo del entorno físico para lograr los objetivos y fines propuestos, particularmente en este momento en que la ciudad fue categorizada como un distrito especial, para lo cual será necesario tener en cuenta aquellos aspectos relacionados con la parte ecológica, técnica y socioeconómica, ligados entre sí con el mejor y más eficiente aprovechamiento de los recursos naturales para su real transformación.

Para tal efecto, se debe estar atentos a cualquier intento de explotación rapaz por parte de aquellos sectores económicos y sociales que hoy están interesados en adelantar a cualquier precio proyectos como el de renovación urbana del centro de la ciudad o de promover los desarrollos urbanísticos espontáneos en su parte rural que han traído como consecuencia el deterioro de las fuentes hídricas que nutren los acueductos de la ciudad al igual que la minería ilegal y en general con todos aquellos factores que atentan contra el medio natural en todas sus formas y manifestaciones posibles y concretas.

La defensa del medio natural hace parte de los deberes que tienen todos los caleños que habitan el territorio urbano y rural de la ciudad.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

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