El gobierno del presidente Petro tendrá necesariamente que hacer varios ajustes al presupuesto de la vigencia fiscal 2024, lo que implica reducir el gasto público sí se quiere cumplir con la regla fiscal, según se dice en el reciente informe del comité autónomo de para dicha regla, más aún si se tiene en cuenta que las reformas que actualmente se tramitan en el congreso de la república no están incluidas en el presupuesto del 2024.
Lo que se advierte por parte del comité autónomo de la regla fiscal es que las cuentas para el 2024 están desfasadas y por tanto es imperativo reducir el gasto público en varios sectores en vista de la diferencia que se puede presentar con el recaudo de los ingresos esperados y con algunos subsidios, por ejemplo, a los combustibles, peajes, SOAT y la no deducibilidad de las regalías, etc.
En tales circunstancias el país se enfrenta a un gran riesgo financiero que guarda relación con el aumento del gasto público y de un ingreso que no crece proporcionalmente a aquel, generándose con ello un abultado déficit fiscal.
Una de las tendencias del actual sistema presupuestario se relaciona con el crecimiento de la deuda pública, los gastos militares y el sostenimiento de la burocracia estatal y de los denominados prestadores de servicios públicos PS, equivalente a un porcentaje que sobrepasa más de la mitad del presupuesto de la nación, lo cual contribuye a ampliar el déficit que afecta directamente la inversión social particularmente en salud, educación y saneamiento ambiental, agua potable y servicios públicos, lo que se denomina gasto público social. Esta situación termina agravándose en la medida en que el Estado contratista le entrega la prestación de los servicios a los particulares, al tenor de lo dispuesto en el ordenamiento constitucional y legal.
No obstante, los ajustes al presupuesto del 2024 se mantendrá el déficit fiscal en tanto que los ingresos provenientes de los impuestos siempre serán inferiores a los gastos que crecen bajo la orientación de las clases dirigentes y del papel que juegan en la vida económica y política del país.
En países capitalistas como Colombia, el presupuesto es utilizado para enriquecer y fortalecer en muchos casos el capital nacional y extranjero y muy pocas veces desarrollar la economía nacional y el mejoramiento del nivel de vida de los trabajadores conforme a los principios del Estado Social y Democrático de Derecho.
En medio de la inflación y la desaceleración de la economía del país el ajuste que deberá realizarse al presupuesto del 2024 será más radical de lo esperado, afectándose con ello la inversión en aquellos sectores económicos que de acuerdo con el plan nacional de desarrollo constituyen un factor fundamental y el eje de la política económica del gobierno y de los gremios empresariales interesados en la reactivación de la economía del país.