Considerando que en muchos países, como Colombia, cerca de las tres cuartas partes de su población vive en sus ciudades, es necesaria su educación respecto a su origen e historia; su actualidad ya en la tercera década del siglo XXI; sus amenazas, soluciones, deberes y derechos, y el debido comportamiento en ellas. Temas que deberían estar vinculados a los programas de educación cívica en escuelas, colegios y universidades, y ser objeto permanente de secciones especializadas en los medios de comunicación.
Sobre el origen e historia de las ciudades en general y no apenas las del Occidente, estudiarlos haciendo énfasis en el simbolismo, construcción y uso de los bienes de interés cultural de cada época, conservados en sus centros históricos; y especialmente en el patrimonio cultural construido de la ciudad en la que se vive en la actualidad y en sus diferentes sectores más concurridos diariamente. Y leer a Ben Wilson: Metrópolis / Una historia de la ciudad, el mayor invento de la humanidad, 2020).
Respecto a la actualidad de las ciudades en el mundo, y más conocidas y admiradas, conocer todo lo relativo a su peculiar geografía e historia, y a su tamaño y calidad de vida en ellas, para proceder a compararlas adecuadamente con la ciudad en donde se vive, y entonces sí poder sacar conclusiones útiles, factibles y pertinentes para que, en consecuencia, sí puedan ser aplicadas oportuna y convenientemente en ella. Y leer a Richard Sennett: Construir y habitar: ética para la ciudad, 2018.
Todas las ciudades afrontan amenazas naturales como temblores, incendios e inundaciones de diferente intensidad y frecuencia, y por consiguiente lo procedente es enterarse con cuales de ellos coincide la ciudad en que se habita, y analizar qué medidas aplicadas en las otras serian convenientes y posibles en la propia. Y lo mismo con respecto a los diversos problemas de orden público más comunes en todas las ciudades. Y leer a Juanma Agulles: La destrucción de la ciudad, 2017.
Con relación a las soluciones de planificación, urbanas, paisajísticas, arquitectónicas y constructivas, es preciso estudiar las más generalizadas para ver cuáles son pertinentes y posibles en cada ciudad, evitando el solo imitarlas ignorando el valor de lo autóctono de lo regional; o por lo contrario no comprender lo acertado y conveniente de algunas tendencias internacionales a considerar ineludiblemente. Y leer a Huw Heywood: 101 reglas básicas para edificios y ciudades sostenibles, 2015.
Los deberes y derechos de los habitantes de las ciudades son cada vez más universales mas no igualmente considerados en todas partes, por lo que es imprescindible conocer lo respectivo a ellos en cada ciudad similar a la que se vive, principalmente, y luego respecto a las más valoradas en esos aspectos, y así poder entender su situación actual al respecto, y como poder mejorarla, como sería lo necesario en muchas. Y leer a Jordi Borja: Revolución urbana y derechos ciudadanos, 2013.
Y el correcto comportamiento de los cohabitantes de la ciudad en que habita, en sus espacios urbanos de uso público, tanto abiertos como cerrados, y el debido respeto a los otros en ellos, y en los vecindarios, las cuadras y en los edificios de apartamentos, debe ser un tema obligatorio en las escuelas, colegios y universidades; y objeto de secciones especializadas y permanentes en los medios de comunicación. Y leer a Manuel Antonio Carreño: Manual de Urbanidad y Buenas Maneras, 1853.
Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011.