El Día del Idioma, celebrado en muchas culturas hispanohablantes, conmemora la importancia y riqueza de nuestro idioma, así como la historia y diversidad de la lengua española. Es una oportunidad para valorar el buen uso del idioma, promover su conservación y fomentar la correcta expresión oral y escrita.
El Día del Idioma en Colombia se celebra el 23 de abril en honor a la lengua española y a la riqueza cultural que esta representa en el país. Esta fecha coincide con la conmemoración del fallecimiento de Miguel de Cervantes, autor de Don Quijote, y también con la celebración del Día Internacional del Libro, promoviendo el amor por la lectura y la valoración del patrimonio lingüístico y literario. En Colombia, esta jornada se aprovecha para fomentar el uso correcto del idioma, promover la lectura, y destacar la importancia de la diversidad lingüística y cultural del país. Además, diversas instituciones educativas, culturales y organizaciones realizan actividades académicas, literarias y culturales para resaltar la importancia del idioma español en la identidad colombiana. Este es el verdadero sentido de conmemorar el Día del idioma en nuestra amada Patria, y más que centrarnos en lo que podemos hacer mal al hablar, este día nos invita a celebrar y fortalecer nuestro buen hablar, promoviendo la claridad, la precisión y el respeto en la comunicación. Es un recordatorio de lo valioso que es nuestro idioma y de la responsabilidad que tenemos de cuidarlo y enriquecerlo con nuestro buen uso.
En nuestra cultura cotidiana, solemos tener prácticas lingüísticas perfectamente incorrectas, parece que no hay nada que no pueda ser objeto de una crítica, un apodo o una expresión despectiva. Desde los amigos y la familia, hasta las calles, ubicación “bugueña” y a algunos objetos, tendemos a hablar con un tono jocoso y a nombrar todo de manera informal y, a veces, despectiva. Pero, ¿Por qué sucede esto? ¿Qué nos lleva a adoptar esta forma de comunicación tan particular?
En muchos países latinoamericanos, incluyendo Colombia, la forma de hablar refleja en buena medida la historia, la cultura y las dinámicas sociales. La informalidad y la cercanía en el lenguaje permiten crear un sentido de comunidad y pertenencia, pero también fomentan el uso de expresiones coloquiales y apodos. Estas expresiones muchas veces contienen humor, ironía o crítica social, que sirven como mecanismos de expresión de las emociones y las opiniones.
El humor lingüístico, es una parte fundamental de nuestra cultura. Muchas veces, en lugar de expresar directamente una crítica o una opinión negativa, usamos el sarcasmo, la ironía o apodos para comunicar nuestro sentir de manera más sutil o divertida. Por ejemplo, llamar “la chusma” a un cierto grupo de personas, “la olla” a un lugar peligroso o “qué chimba” a algo genial, maravilloso pero también puede ser desilusión, o que defraudó “salió chimba”, decir “parceros o panas” significa amigos, la expresión “Mk” usada muy comúnmente por jóvenes y adultos, dependiendo la expresión que lo acompañe así será su significado, “Nooo Mk” significa, no lo puedo creer, (por citar algunos), estos modismos o expresiones coloquiales muy propias de nuestra cultura colombiana, puede ser una forma de aliviar tensiones o de expresar rechazo sin confrontación directa.
Otra razón por la que algunas veces hablamos mal y le ponemos apodos a todo, es la tendencia a etiquetar y simplificar la realidad. Los apodos y las expresiones ligeras, facilitan la categorización rápida de personas, lugares o cosas, y a veces reflejan prejuicios, estereotipos o simplemente una forma de expresar descontento. Esta forma de comunicación puede convertirse en un mecanismo de defensa o en una manera de sentirse parte de un grupo que comparte esas expresiones.
La televisión, la música y las redes sociales también juegan un papel importante en la forma en que hablamos. Muchas expresiones populares y modismos contienen apodos, frases duras y pesadas que, al ser repetidas constantemente, se vuelven parte del habla cotidiana. La cultura popular, en su afán por captar la atención y generar impacto, muchas veces recurre a expresiones fuertes o apodos llamativos.
Hablar mal y poner apodos en nuestra cotidianidad es un reflejo de nuestra cultura, historia, jocosidad y forma de relacionarnos. Aunque estas expresiones pueden servir para expresar sentimientos, también es importante tener en cuenta el impacto que tienen en los demás y en la percepción que tenemos de nosotros mismos y de nuestro entorno. Como en todo, el equilibrio y la conciencia son clave para mantener una comunicación que sea auténtica, respetuosa y enriquecedora.
Pero no todo es tan negativo en este particular fenómeno. La informalidad y el uso de apodos también pueden fortalecer los lazos sociales, crear identidad y reflejar un sentido del humor característico, que gusta y genera familiaridad y empatía. Sin embargo, es importante ser conscientes de cuándo estas expresiones pueden volverse dañinas o perpetuar prejuicios y estereotipos.
¿Y qué sería del Día del Idioma sin un toque de picardía? En Colombia, hasta los errores se disfrutan y se convierten en parte de nuestra identidad. Porque si algo tenemos claro, es que no hay forma más divertida de aprender y celebrar nuestra lengua que con chistes, anécdotas y un buen “parcero” que te corrija con una sonrisa.
Si alguna vez te pierdes en una conversación colombiana, no te preocupes, que seguro te sacan con un ¿Qué te pasa Mk? y te dejan más confundido que entendido. Así que, en este día, celebremos juntos que el español colombiano es tan único y especial como una deliciosa bailada de salsa o un buen vallenato en la costa bien “bailao”.
Feliz Día del Idioma. Que no falte el humor, la buena energía y las palabras que nos hacen ser quienes somos: Unos colombianos con mucho talento, buena vibra y maravillosa energía para decir las cosas más bonitas y divertidas del mundo…!
Pero ¿Cómo ha influido la incorporación de modismos y expresiones coloquiales en la evolución del idioma, y qué impacto tiene esto en la identidad cultural y la comunicación en el Día del Idioma?
Habrá que seguir con la lupa puesta…!
Comunicadora y Periodista - [email protected]