En la ciudad circulan mas de 780 mil vehículos que han llevado a las autoridades de tránsito a plantear varias alternativas para acabar con la congestión que se forma particularmente en el sur, norte y centro de la ciudad, durante las horas pico cuando crece ostensiblemente la afluencia de vehículos en dichos sectores generándose trancones que dificultan la movilidad y para lo cual se propone la implementación de ciertas medidas que según se dice, impedirán “el ahogamiento del tráfico en la ciudad”.
En este caso se trataría de aumentar el número de dígitos de restricción diaria para el pico y placa. Con dicha medida sin embargo muy poco se lograría resolver los problemas de circulación de los vehículos en las zonas más críticas de la ciudad, según lo señalan los expertos en esta materia, como tampoco parece resolverse el problema construyendo más vías y puentes, tal como ha sido el pensamiento de algunos alcaldes que en el pasado invirtieron grandes recursos en la ejecución del denominado plan de las 21 mega obras que poco o nada contribuyeron a mejorar la movilidad en la ciudad.
Así mismo la administración distrital considera necesario construir, por ejemplo, más andenes y zonas peatonales a fin de que los ciudadanos no se vean obligados a transitar por las calles, como sucede por ejemplo en el barrio Tequendama.
Lo cierto es que la idea de priorizar al peatón no deja de ser más que una iniciativa cuya aplicación práctica se ha reducido a la construcción de algunos andenes y ciclovías mientras los propietarios de los vehículos continúan invadiendo andenes y antejardines para parquear sus vehículos.
Otra de las alternativas que se han propuesto para resolver el caos y la congestión vehicular, consiste en aumentar los buses del MIO con lo cual se piensa mejorar la movilidad en la ciudad. Circunstancia que en principio puede contribuir a resolver parcialmente las congestiones que se forman con el aumento inusitado de vehículos particulares y públicos en las vías locales.
Los ciudadanos prefieren antes que transportarse en el MIO apelar al transporte pirata o a la compra de una motocicleta que logran adquirir con facilidades en el mercado de este tipo de vehículos.
Así mismo hay quienes consideran que la existencia de parqueaderos en la periferia de la ciudad, por ejemplo, cercana a una estación de transporte pudieran mejorar la movilidad en la ciudad logrando que las personas dejen sus vehículos en los parqueaderos y se desplacen caminando hacia las zonas de mayor congestión.
Consideran desde la administración, que con la instalación de los “semáforos inteligentes” se podría lograr un pequeño alivio del tráfico, además de peatonalizar varios sectores de la ciudad tal como se propuso para el centro. De todas maneras, quienes más se beneficiarán con esta medida serán los comerciantes del sector y aledaños a la plaza de Caycedo lugar al que se aplicará dicha peatonalización.
Un análisis pormenorizado de las propuestas presentadas, nos indica que ellas, tomadas en su conjunto no serían suficientes para resolver los graves problemas que afronta la capital del Valle del Cauca en materia de tráfico y movilidad, lo cual demuestra que la construcción de infraestructura vial y el constante ingreso de parque automotor a la circulación debido a la proliferación de construcciones que aumentarán en el corredor Cali-Puerto Tejada y la “Renovación Urbana” en el centro ampliado, en Ciudad Paraíso y en otros barrios y sectores tradicionales de Cali, hará imposible resolver los problemas del tráfico de una manera planificada y razonable, haciendo nugatoria cualquier medida de control frente a la presencia desbordada de automotores que circularán por calles y avenidas haciendo cada vez más difícil la movilidad en toda la ciudad y aumentando el caos y la inseguridad en los diversos sectores de la ciudad, agravándose la situación ya crítica con los problemas fiscales, seguridad, sociales, de agua, en METROCALI con el MIO, en EMCALI, por lo que esto amerita una discusión seria, respetuosa, con los sectores sociales que nunca son escuchados ni tenidos en cuenta por cuanto la prelación han sido los intereses particulares gremiales en la equívoca creencia de que son los llamados a direccionar el “desarrollo” de la ciudad.