Lo comprobaron cientos de miles de personas que vieron y conocieron el territorio nacional durante la COP16 de Cali; sus bellezas naturales con inmensa biodiversidad sobreviviente en selvas lluviosas, que acá llaman bosques, en páramos, manglares, en selvas arropadas por la neblina, y la gran capacidad de trabajo, la amabilidad y alegría de su gente.
Igualmente somos un país singular; donde ocurren hechos insólitos. Como la campaña del personaje que recorrió el país pregonando la creación de regiones autonómicas, para evitar la excesiva centralización del presupuesto nacional; “causa del atraso, la pobreza, la violencia y la miseria en Colombia”. Pero, acto seguido fue uno los promotores del Área Metropolitana del Sur Occidente, para concentrar todo el presupuesto de siete municipios del Valle y del Cauca. El mismo personaje que engavetó e impidió durante 8 meses debatir el proyecto del ejecutivo para compensar con 280.000 pesos mes, el trabajo de toda una vida realizado por millones de colombianas y colombianos, adultos mayores que carecen de pensión.
Algunos senadores que ganaban 43,4 millones mensuales y ahora lograron un ajuste salarial a $48,142,473 lloran por el nuevo salario mínimo. Según La República del 5 de enero de 2005“cuando se definió un aumento del 14,62%, su salario pasó de $37,8 millones a $43,4 millones. En esta ocasión, el ministro de Hacienda firmó un aumento del 10,88% llegando a $48,142,473 millones”.
Les causa terror y preocupación el escandaloso aumento del 9,53%; 123.500 pesos para los trabajadores colombianos, que suman 1,453,500 pesos mes; 4160 pesos diarios más; 1 “excesivo” dólar diario más, que según ellos aumentarán el desempleo y la inflación.
Colombia es el segundo país más inequitativo del mundo. Los grandes medios de información lloran sin consuelo; debido al “aumento escandaloso del salario mínimo”. Usan a “expertos economistas”, para demostrar el gravísimo error y la debacle nacional causada; porque cada trabajador raso podrá comprar un pan de 4160 pesos cada día. Ellos ignoran que el mercado global funciona con las compras de los trabajadores que subsisten y pueden comprar. Que existen alimentos almacenados, pero más de 2.000 millones de seres humanos no tienen nada para comprarlos. Que el trabajo transforma la materia y genera las ganancias. No entienden que la inequidad agudiza el caos y la hambruna global.