En toda sociedad, las instituciones existen, unas son públicas, otras privadas, unas legalmente constituidas, otras no tienen reglamentación escrita, concurren en la memoria de la comunidad y por la fuerza misma del respeto que han ido adquiriendo son aceptadas – acatadas, y esto viene afortunadamente ocurriendo desde de siempre y ayudan en el desarrollo social.
Las instituciones pueden ser de orden: político, económico, administrativo, social, educativas, religiosas, familiares, empresariales, periodísticas, etc., hoy en Colombia muchas de ellas están padeciendo ataques de parte del alto gobierno. Ante ello se hace esencial educar a la sociedad para que las haga respetar y reverenciar, llegándose incluso a la conformación de grupos de defensa de esas instituciones, pudiéndose generar uniones temporales con fuerzas diferentes y adversas porque permitir su extinción es ir contra los fundamentos de la democracia.
Debemos crear, mantener un ambiente democrático permanente, “la democracia es un trabajo extenuante”, porque toca recurrir siempre a los mecanismos de control, de equilibrio porque los dictadores en ciernes existen por cantidades, no cuentan con paciencia para la política democrática en el diario vivir, sobran los ejemplos en los últimos días, donde los dirigentes desean reescribir las normas para que funcionen a su capricho y propio beneficio así se afecte el sistema constitucional.
A Dios gracia, los medios de comunicación han venido asumiendo la función de árbitros previniendo ataques y desbordes, denunciando aberraciones, inquiriendo actuaciones y haciendo conocer esas arbitrariedades; felicitaciones por esa labor, imposible permitir desaparezcan.
Fundamental diseñar en Colombia un Plan de Defensa contra todo intento de acabar con la institucionalidad, organizando una PEDAGOGIA CIUDADANA, en los colegios públicos y privados, en las empresas, en las organizaciones no gubernamentales, en los medios de comunicación, para obtener una cultura del respeto a la democracia, donde prime la ingeniería constitucional, donde sea casi imposible la existencia de demagogos buscando artimañas para manipular el Estado y la opinión.
Por supuesto no soy tan ingenuo en creer que con la sola existencia física de la Constitución y de las normas es suficiente para proteger la democracia, toda regla es incompleta, por ello han existido figuras tiránicas como Hitler, etc.
Para la protección democrática es vital:
- a) la existencia de una sociedad civil activa,
- b) la existencia de reglas no escritas, normas de conducta compartidas de mucho dominio público, aceptadas, respetadas.
O como lo dicen los constitucionalistas: para que funcione una democracia es vital: la tolerancia mutua y la contención institucional, que en los tiempos que corren veo que escasean en ciertas mentes en el poder ejecutivo y legislativo.
Tolerancia mutua: donde nos aceptemos estar en desacuerdo, pero siempre admitiendo a los contrincantes legítimos, porque son ciudadanos que cumplen la ley como nosotros mismos, sin señalarlos como amenazas peligrosas para la democracia, no son enemigos mortales para tratarlos con odios abrumadores.
Contención institucional: porque se permite el autocontrol, la tolerancia, la templanza.
Aspiremos que no se quiebren los causes democráticos