Sí hay algo artificial en la larga evolución del ser humano son las ciudades, lo que se comprueba con la “historia intelectual de la humanidad” como subtitula Peter Watson Ideas, su muy importante libro de 2019. En consecuencia, sin duda es pertinente utilizar la inteligencia artificial, IA, para resolver muchos de los principales problemas urbanísticos de las ciudades actuales… pero, eso sí, usándola “inteligentemente” y sólo cuando sea pertinente hacerlo. Entre ellos, los más indicados para utilizar la IA son:
La seguridad en las grandes ciudades la IA mucho contribuye a mejorar la información inmediata de los diferentes delitos que se dan en ellas, suministrada por discretas cámaras de vigilancia en las esquinas, de tal manera que cubran los espacios urbanos públicos, junto con las cámaras privadas de casas y edificios, y permitan su rápido análisis, utilizando la IA, lo que facilitaría su control por parte de la policía, y además sus grabaciones servirían de indudable apoyo en los procesos judiciales que surjan a continuación.
En el caso de la movilidad, la coordinación más eficiente de sus redes de semáforos, utilizando IA, no solo disminuiría los tiempos de traslado dentro de la ciudad de un sitio a otro de la ciudad dando preferencia según las demanda a lo largo de cada recorrido, sino que ayudaría a disminuir los accidentes de tránsito en los cruces viales; y , por otro lado, ayudaría a controlar las paradas y los estacionamientos no permitidos en las vías, procediendo a poner las multas estipuladas en su demarcación y señalización.
El molesto ruido ajeno también se podría controlar mucho más en aquellas partes de la ciudad en que por el uso del suelo es previsible que este se produzca, instalando sensores en los mismos postes en los que están las cámaras de vigilancia, suministrando así la dirección del sitio desde donde se ocasiona, facilitando la llegada de la entidad responsable de su medición y control, y luego de la policía si es necesario; e igualmente servirían para los trámites judiciales que sean necesarios a continuación.
Con la ayuda de la IA, la calidad del aire y del agua se podría medir permanentemente y con mayor precisión, en todos los diferentes sectores de la ciudad, la que se podría analizar oportuna y rápidamente, así como ubicar a tiempo los daños de la infraestructura del acueducto y alcantarillado que afecten dicha calidad; y también serviría para informar oportunamente al respecto a los medios de comunicación y a la ciudadanía en general cuando este se trate de una emergencia, como la provocada por un incendio.
Para terminar por ahora, la protección integral de la naturaleza, o sea su topografía, hidrografía, vegetación, biodiversidad y paisaje, tanto en las calles, avenidas, parques y zonas verdes, como en las reservas naturales circundantes, igualmente se facilitaría con cámaras y sensores dispuestos en ellos, pero bien camuflados para que no alteren su estética; y, como es el caso de Cali, también sería un oportuno complemento informativo para el creciente turismo “verde” en los alrededores de la ciudad.
Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011.