La papeleta para re-pensar y re-sentir el proyecto del Área Metropolitana del Suroccidente colombiano (AMSO)
Cuando en 2013 se aprueba en el Congreso de la República la Ley 1625 con el Régimen para Áreas Metropolitanas -siendo presidente del Senado Roy Barreras y de Colombia Juan Manuel Santos-, el Valle de Aburrá llevaba 33 años de una andadura que en regiones urbanas de EEUU había empezado a comienzos del siglo XX. Hoy el 70% de la población europea vive en áreas metropolitanas. O sea, que en este tema hay un amplio catálogo/farmacopea internacional y nacional de ideas buenas, malas y regulares; y de experiencias exitosas, fracasadas o neutras.
A mediados de los años 60, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Valle se escuchó hablar de área y el tren metropolitano a Rafael Sierra, Stella Ramírez de Potes y Claudio Borrero; idea que se refleja -sin avances concretos- en el PGD de Cali (1969) y en el PIDECA (1980). Pero ha sido en la Cumbre de la Biodiversidad, celebrada hace pocos días en Cali, cuando María Constanza García, ministra de Transportes de Colombia, con la presidencia de Gustavo Petro, ha anunciado la radicación de documentos y el aporte del 70% de recursos por parte del gobierno central para la construcción de la primera fase del Tren de Cercanías (metropolitano) Cali-Jamundí, con 23 km y 21 estaciones que movilizarán a una población de 265.000 personas diariamente a partir de su puesta en marcha prevista para finales de 2025. Para la segunda y tercera fases (Cali-Yumbo y Cali Palmira) están en curso los respectivos estudios de factibilidad.
Con este panorama de muchas ideas y pocas realizaciones, los alcaldes de Cali, Candelaria, Dagua, Jamundí, Palmira, Puerto Tejada y Villa Rica, municipios con 3.1 millones de habitantes y 2.4 millones de posibles sufragantes, han convocado a una consulta ciudadana para la creación del Área Metropolitana del Suroccidente (AMSO), a llevarse a cabo el próximo domingo 24 de noviembre. Con el 5% de votos afirmativos la propuesta saldría adelante, o sea, 60.000 sies en una participación del 50%, darían carta blanca a un proyecto que -como todos- tiene ventajas e inconvenientes que pueden afectar a una población más amplia que la inscrita en la AMSO, con diferentes situaciones económicas y sociales. Fortalezas y amenazas que están siendo comentadas en artículos publicados en medios locales y regionales, entre los cuales destacaría el titulado Preocupaciones en torno a la conformación del área metropolitana, de Luz Betty Jiménez de Borrero y Pablo A. Borrero V., en Caliescribe.com del pasado 15 de noviembre, cuyo editorial se titula Sí, pero no así.
Desde València (España) y con un tema próximo entre manos -el de los árboles y parques en el barrio Albors (1916-2030)[1]-, no es fácil seguir un complejo proceso sobre el que ha habido mucha propaganda, poco debate público y contadas reflexiones de políticas/os y especialistas en las disciplinas que, más allá de la Estadística, intervienen en el tema.
Pero es imposible hacerlo sin tener en cuenta la tragedia anunciada pero no alertada de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) del pasado 29 de octubre que, con fuerza recrecida por las recientes altas temperaturas del Mediterráneo (Cambio climático), ha producido 220 víctimas mortales, 17 desaparecidos y cuantiosos daños materiales, entre los cuales lo “mínimo” es la pérdida de más de 140.000 vehículos, la mayoría particulares, en los pueblos afectados, y 2.500 en las carreteras.
La propuesta de marcar con la palabra “PERO” el SI en la papeleta de la consulta, acción individual (y manual) que la convierte en voto nulo -que no quiere decir necesariamente inútil-, se sustenta en dos ausencias y un objetivo principal:
- Por las razones que sean (propias o ajenas, buenas o malas), el Municipio de Yumbo, enclave medular en cualquier análisis socio-económico, tecnológico-industrial, ambiental-cultural, de servicios e infraestructuras de la región, no está presente en la propuesta de la AMSO.
- Es engañoso someter a votación popular una propuesta sin unos básicos criterios del modelo territorial, económico, social y ambiental, acordes con el Cambio climático y los nuevos contextos geopolíticos en Iberoamérica y el mundo, que se impulsaría con independencia del color político de las autoridades locales y nacionales que la desarrollarán. ¿Qué sectores sociales son más o menos beneficiados/afectados? ¿Qué sectores económicos? ¿Cuáles áreas naturales?
Objetivo: Así los votos “marcados” sean pocos, serán valiosos llamados a subsanar las deficiencias para, en su caso, realizar la consulta antes de que se inaugure la primera fase del Tren de Cercanías.
[1] Presentación se hizo en el Centro Cultural Aben Al-Abbar el 8 de noviembre. Se compartirá un PDF con 75 imágenes y solo 4000 palabras de comentarios
ANTECEDENTE TÉCNICO DEL SI PERO
En 1990 se elaboró una periodización histórica del desarrollo de Cali en relación con el transporte[2].
Para el trabajo se consultaron veinte (20) estudios, con periodizaciones o no, realizados entre 1972 y 1990 en la UV, DANE, DAMP, EMCALI, INTRA y Colcultura; y una amplia bibliografía. Se adjuntan dos imágenes clave: El período Prehispánico y la región más directamente vinculada con la capital:
[2] Períodos Históricos y Transporte en Cali, documento elaborado con el ingeniero Germán Arboleda Vélez, que formó parte del Estudio Plan Vial y de Transporte de la ciudad de Cali, dirigido por Germán. Fechado en septiembre de 1990.
ANTECEDENTE POLÍTICO
Los orígenes del SI PERO o si condicional, antes que a los albores de la política en el Ágora ateniense, se remontan a las raíces del lenguaje humano, que las/os bebés expresan con gestos, risas o llantos. En mi experiencia política surge en el verano de 1977 cuando el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) de Colombia, nos comisiona a mi compañera, MHR, y a mí, para el apoyo in situ a la Liga Socialista Revolucionaria (LSR) de Panamá en la campaña trotskista por el NO al Tratado sobre el Canal que firman el presidente Jimmy Carter y el General Omar Torrijos el 7 de septiembre después de 13 años de negociaciones. Un NO apoyado por las ultraderechas local, norteamericana y global. El recibimiento del presidente panameño, dos días después, en la Plaza 5 de mayo de Ciudad de Panamá es apoteósico. Torrijos convoca el plebiscito para el 23 de octubre.
En las primeras semanas la Monita y yo nos habíamos dedicado a estudiar la historia del país desde su separación de Colombia[1] y la lucha del pueblo panameño por la soberanía sobre el Canal, con el patriótico hito de los 22 estudiantes asesinados en 1964 por intentar clavar la bandera en el Cerro Ancón. El 3 de septiembre teníamos negro sobre blanco la propuesta al PST-LCR: Proponer a la ciudadanía panameña un informado, reflexivo y simbólico, pero, para nosotros, efectivo SI PERO. Con su estructural (rígida) negativa volvemos de inmediato a Bogotá y en 1978 se consuma mi desvinculación del PST, después de las elecciones presidenciales y de cumplir con mi promesa de apoyo a la candidata socialista, la maestra Socorro Ramírez. A finales de junio viajo a España…
Son muchas, todas, las circunstancias que separan el plebiscito nacional en Panamá del 23 de octubre de 1977, de la consulta municipal en Colombia del 24 de noviembre de 2024, en la cual el NO es apoyado por diferentes colectivos políticos (de izquierda) y ciudadanos; pero la lógica y la trialéctica que aplico siguen siendo las mismas: Participar en un proceso electoral con dos opciones apoyando condicionalmente la que propicie el re-mirar, re-pensar y re-sentir el objeto o la situación por la que se ha llamado a votar. No me corresponde calificar la utilidad/inutilidad de la utopía.
[2] En 1903, después de la espantosa Guerra de los Mil Días, por la injerencia gringa en el descontento en el Itsmo por desatención del gobierno central y la traidora inacción del presidente Mallarino, precedida por la traidora acción del presidente Holguín que regala, en 1893, el Tesoro Quimbaya a una regente española. ¡Y aún hay Holguines-Mallarinos!