El lodo empezó a tejer su mortaja en la bahía que mueve el 45% de carga nacional. Hacia los años 50, nuestro bello puerto de mar era un pueblito hecho de maderas cortadas en cuarto menguante, con nueve o diez edificios cercanos al mar gris azuloso. La iglesia se erguía sobre una colina encantada poblada de libélulas, aves, camaleones, mariposas y lagartijas y atraía a multitud de fieles. A sus pies, en el muelle artesanal atracaban y descargaban a diario siete u ocho buques con banderas occidentales, seguidos por nubes de gaviotas y fragatas, en el ambiente diáfano y sereno. Llovía sin descanso. Los forzudos y espigados nativos usaban botas y paraguas negros, para ir al muelle a cargar y descargar los barcos. El clima era húmedo, bochornoso pero moderado, por la biodiversa vegetación esplendente, donde bebían agua las nubes. Estruendosos aguaceros formaban grandes hilos de agua y arroyos en las calles. En el ambiente había un penetrante olor a madera descompuesta. Centenares de bufeos danzaban por las tardes en las aguas limpias de la bahía y millares de cangrejos rojos fantasmas adornaban las playas. Cuando fructificaban las esbeltas palmas Naidí surgían procesiones de cangrejos lilas y azules. Los ríos cristalinos; esmeraldas líquidas pobladas de mojarras, agujetas, nayos platinados, sábalos, guacucos y chuchulapas trasparentes de mil colores. En la selva lluviosa; mariposas azules, libélulas gigantes con alas iridiscentes, loros, tucanes, martín pescador volando a ras del agua y muchillás que los nativos capturaban con catangas a la luz de la luna.
E, río Mozambique afluente del Dagua fluye cargado de sedimentos hacia la bahía de Buenaventura.
Imágen captada por El País en noviembre de 2011.
Setenta años después las aguas de la bahía son turbias, densas y pesadas, por millares de toneladas de suelos rojos de origen diabásico y pizarras grises erosionados por las talas en la cuenca alta y media del Dagua. Cortes y talas para construir viviendas, cultivos limpios de piña, derrumbes en las tierras de uso forestal productor, monitores para extraer oro fluvial en los cauces y en la selva lluviosa y especialmente por los desastrosos impactos de una vía agresiva, construida con taludes verticales y coberturas de pasto sobre suelos inertes con derrumbes fatales y remoción en masa. Desde Bendiciones 2006 a Candelillas 2011…sumada la devastación aurífera mecanizada que destrozó el río Dagua. Miles de toneladas de suelos rojos cayeron a las aguas corrientes superficiales y fluyeron hacia la bahía por los cauces de los ríos Tocotá, Bitaco Mozambique, Pepitas, Dagua, Anchicayá, hasta formar caldos de fango rojizo que lentamente han ido colmatando el fondo del canal de acceso. Pero además toda la bahía grande y pequeña se tapona con lodos espesos, transformadores del agua salina y salobre en caldos de fango, grasas, aceites y aguas residuales que rodean la isla de Cascajal y fluyen por los esteros llevando plásticos, aguas residuales y estopas de coco, cortezas de mangles y maderas; chanules, pacós, cuángares, sajos, caobas, abarcos marinos, ceibas bongos, detritus. Setenta años después desapareció la alfombra de los cangrejos fantasmas rojos que alfombraban las playas, el desfile de los cangrejos azules y lilas y el retozo de los bufeos al atardecer. Decenas de miles de toneladas de pizarras grises y de diabasas rojas fluyeron y se colmataron en el canal de acceso, invaden y van transformando las aguas salinas y salobres en oscuros fondos de fango. El légamo fumígeno forma una colada espesa que ya rodea la isla de Cascajal, aumenta la densidad y la mala calidad del agua y transforma la bahía en gris depósito de lodos. Hace años no pueden ingresar grandes barcos que se desvían hacia Guayaquil. Se desea profundizar el canal de acceso de 34 kilómetros de longitud a 16,5 metros en la bahía interna, y 17,6 metros en la bahía externa, para permitir la entrada de buques de contenedores con mayores dimensiones y gran capacidad de carga. Se plantea empezar en 2025. El puerto debe alcanzar niveles de calado similares al Callao en Perú de 16 metros y Chancay de 18 metros. En Posorja Ecuador calado de 16,5 metros y Guayaquil, 14,5 metros. El Canal de Panamá sufre baja navegabilidad, cuando disminuyen las lluvias en la cuenca del lago Gatún.

El Valle del Cauca y Colombia entera deben entender que el lodo residual consume el oxígeno disuelto, la vida de peces, crustáceos- mariscos, que sufren por el cambio de pH del agua y mayor temperatura en la corriente de Humboldt. Aumenta su densidad, disminuyen las tallas y la población de peces. Se colmata el canal de acceso y toda la bahía; grande y pequeña. Espejo de la ambición desmedida por el oro extraído con cianuro y mercurio, la agresión y la alteración geomorfológica causada por el sistema vial sin taludes, por las aguas residuales vertidas y los detritus humanos. Es urgente elaborar un mapa con los centenares de heridas erosivas y de los caminos del agua lodo, que pueden hacer colapsar la bahía de Buenaventura y se deben restaurar con bioingeniería. Habilitar la vía férrea diseñada y construida por el ingeniero Cisneros; un ejemplo de equilibrio ecológico sin grandes derrumbes desde enero 19 de 1915, y solo falta ampliar la trocha …antes de iniciar un nuevo estropicio vial sin taludes; calcular cuantos decenas de miles de toneladas de lodo llegarán a la bahía y causarían un impacto irreversible y entender a tiempo que nuestra forma de actuar y producir conduce la humanidad a sufrimientos climáticos, biológicos y sociales, sin precedentes.

Investigadores de la Universidad Nacional, sede Palmira, encontraron que la densidad de microplásticos en aguas superficiales aumentó 114,7 % entre 2015 y 2019. Su estudio fue publicado en la más reciente edición de la revista “Boletín Invemar”.

Oscar Rivera Luna