El paro o huelga de los camioneros nos trae a la memoria que el país debe cuanto antes recuperar los ferrocarriles y completar la red que tristemente se abandonó al suspender en 1930 la construcción del túnel Armenia – Ibagué que permitía la conexión de Buenaventura con Bogotá. Transportar por ferrocarril una tonelada de carga entre esas ciudades costaría del orden de un 50% menos que en camión. Un tren de carga puede transportar más de 1.000 toneladas y sus ventajas son:
- Su velocidad no está sujeta a atascos y sus paradas solo se producen por una avería o de la infraestructura. En muchas partes los trenes de mercancías tienen altas velocidades.
- Puede transportar mercancías voluminosas en plataformas abiertas. Un vagón estándar tiene capacidad de carga varias veces mayor que un remolque de camión.
- Desde la ecología, el ferrocarril reduce las emisiones de los gases de efecto invernadero y por ello es altamente respetuoso con el medio ambiente.
- Su nivel de seguridad es alto en términos del número de la frecuencia de delitos (robo, hurto, vandalismo).
No podemos olvidar que los países con ingresos hasta 18 veces el nuestro usan ferrocarriles con velocidades del orden de 400 km/hora, ni tampoco olvidar que en el transporte local un automóvil ocupa 25 mt2 de vía y transporta en promedio 1.2 pasajeros, cuando en un tren un pasajero ocupa menos de un metro cuadrado.
Concluimos y reiteramos que sin una planeación de largo plazo permaneceremos cada día más en el subdesarrollo con programas de cuatro años que comparados con el resto del mundo indican nuestra permanente política de improvisación.
Tampoco podemos olvidar la urgencia de la línea férrea Cali-Jamundí, la única que resolverá el creciente caos vial en la ciudad.
Seamos como la previsora hormiga y no como la alegre e irresponsable cigarra.