La política no solo es una ciencia, sino que además es el arte de gobernar el Estado y manejar las relaciones con los partidos y movimientos políticos que integran alianzas y coaliciones para el acceso y mantenimiento del poder. La política está vinculada estrechamente a la existencia de las clases, grupos sociales, partidos y movimientos políticos y su esencia radica en la lucha por la conquista del poder del Estado.

La política constituye una fuerza arrolladora y transformadora de la sociedad en la medida en que influye adecuadamente en los procesos del desarrollo de la vida material y espiritual; ya que para el caso contrario se puede convertir en un freno del desarrollo de la sociedad. Esta situación puede presentarse cuando el poder del Estado se encuentra en manos del populismo y de la demagogia o de aquellas fuerzas de izquierda radical, con lo cual se reduce sustancialmente su fuerza y se convierte en un freno del desarrollo progresivo de la sociedad.

La política de un buen gobierno debe fundamentarse en el conocimiento de la ciencia y de las leyes del desarrollo social, basándose siempre en atender las necesidades comunes de la gente y de los ciudadanos en particular, de la manera más amplia posible

La política como expresión concentrada de la economía influye de manera positiva o negativa en el desarrollo económico de la sociedad, la cual puede estancarlo o impulsarlo de acuerdo con las condiciones y circunstancias sociales.

La política además tiende a garantizar el apoyo y organización de las fuerzas políticas y sociales lo que implica tener una estrategia y una táctica política eficiente que permita generar en la conciencia de los ciudadanos la necesidad de participar activamente en la lucha política.

Ahora bien, en las condiciones de la sociedad capitalista globalizada la lucha contra las autocracias y el gran capital monopolista de Estado, requiere ante todo fortalecer la unidad, organización de las fuerzas políticas para poder realizar las acciones indispensables, además de involucrar a los ciudadanos que en lo fundamental viven de su trabajo y de todos aquellos sectores y clases sociales consecuentes con la necesidad del cambio social y la construcción de una nueva realidad, más justa, equitativa y solidaria con la cual ha soñado la humanidad de todos los tiempos y con la cual deben comprometerse los seres humanos como forjadores y protagonistas de su propio destino histórico,

En lo anterior, juega un papel fundamental la política de paz interna e internacional de toda nación que lucha por conjurar la guerra y la violencia independientemente de las razones y motivos que se tengan ya sean estos de carácter económico, político, racial, religioso o de cualquier otra índole. Y de ahí la necesidad de afianzar la paz estable y duradera a partir de la posibilidad de negociar, con el fin de superar la prolongación de la confrontación armada.

Por supuesto que la utilización de la política con fines personales no solo la envilece, sino que la conduce al fracaso y a la desesperación.

En Colombia, un aspecto fundamental de la política tiene que ver con la paz con justicia social que algunos politólogos identifican erróneamente con la política de seguridad, particularmente en aquellas regiones en donde tiene lugar la confrontación armada entre el Estado y los diferentes grupos insurgentes y de la delincuencia organizada que se han apropiado de varios territorios en donde ejercen su dominio sobre la población.

En medio de este conflicto armado, las audacias del presidente Petro en torno a su concepción ideológica y política sobre “la paz total”, no permiten en la práctica lograr los resultados esperados por el gobierno, en tanto se incrementa eso sí, la violencia en diferentes ciudades del país que demandan de verdaderas políticas de seguridad. Y de ahí que el común de los ciudadanos, piensen que la situación ha empeorado no obstante algunas cifras oficiales que hablan de que en las ciudades principales se han reducido el homicidio, el secuestro, la extorsión, la trata de personas, la corrupción infantil, el soborno, la corrupción administrativa, etc. Circunstancia esta que demanda de una verdadera política de seguridad, al tiempo que la política de paz debe ser revisada, mientras el gobierno tendrá que asumir la responsabilidad por los errores cometidos en este caso, ya que no se tuvieron en cuenta las experiencias vividas con otros procesos armados para efecto de adelantar el cese al fuego y una eventual negociación con dichos grupos armados.  De suyo, todo aquel que no tiene en cuenta las experiencias que deja la historia, está condenado a repetir los errores que en términos generales se hubieran podido evitar.

Finalmente y retomando el tema de la política en general, es necesario ratificar que el problema cardinal de la lucha política consiste en la toma del poder del Estado y para ello las clases dirigentes se valen no solo de los métodos y procedimientos democráticos sino de la violencia. No obstante, los partidarios del reformismo y del populismo de derecha se acogen generalmente a las vías democráticas y de colaboración con los gobiernos de turno. Entretanto, los militantes de la izquierda radical abogan por la violencia política. De todas maneras, las fuerzas políticas y sociales de estirpe democrático y progresista deben estar preparadas para defender los derechos y libertades de los ciudadanos en dependencia de la situación concreta y específica que se presente y teniendo en cuenta el grado de violencia o de resistencia de aquellos sectores opuestos a la transformación de la sociedad, la ampliación de la democracia, la defensa de los Derechos Humanos, la paz estable y duradera, el bienestar y el progreso material y espiritual para toda la comunidad.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social