El declive de la economía colombiana no es algo casual ni depende simplemente de las políticas equivocadas de los gobiernos de turno. Dicho proceso se manifiesta cuando en medio de la crisis más profunda y recurrente determinada por diversas causas que afectan el conjunto del sistema económico, político y social, se presentan índices cada vez más preocupantes de bajo crecimiento económico y desarrollo social, al tiempo que aumenta el parasitismo de sus clases dirigentes que acuden a prácticas proteccionistas o neoliberales que en la actualidad han fracasado como alternativas de solución de los problemas que surgen en la sociedad, generándose con ello un aumento creciente de la desigualdad social, la informalidad y la inseguridad que tienden a extenderse e intensificarse a todos los niveles de la vida social.

Según datos del Fondo Monetario Internacional -FMI-, Colombia apenas sí logra un crecimiento económico del 1.1% para el año 2024, con lo cual el país no podrá resolver los graves problemas que tiene y mucho menos satisfacer las necesidades básicas fundamentales de su población.

Un informe de ANIF advierte que el proceso de desaceleración económica que vive el país continuará impulsando la informalidad, constituyéndose en una amenaza para la creación de riqueza y el fortalecimiento de la productividad del trabajo, aumentando la tasa de desempleo para este año al 11.3% y para diciembre de 2025 en 12.29%, circunstancia que podrá agravarse con la introducción de las nuevas tecnologías cuya aplicación traerá consigo un aumento del desempleo en varios sectores de la economía.

El desaprovechamiento del inmenso potencial del país para desarrollar la producción tiende a generar un gran estancamiento y desaceleración de la vida económica y social del país, contrario al progreso histórico de la sociedad en la medida en que las viejas y desuetas relaciones económicas, políticas e ideológicas se convierten en un freno del crecimiento y desarrollo económico y social que impide el avance de la sociedad a un nivel superior de desarrollo y progreso, el cual sin embargo no tiene un carácter continuo, sin traumatismos ni retrocesos. Lo que hace que las fuerzas del progreso y del cambio se detengan en virtud de diversos factores que se oponen a su desarrollo.

No obstante, debe decirse que con las reformas económicas, políticas y sociales al estilo de las que se tramitan en la actualidad en el Congreso de la República, podrán realizarse ciertos cambios sin tocar las bases mismas del sistema que impera en Colombia con las leyes económicas del régimen capitalista que se expresa de manera concentrada en las políticas de los gobiernos de turno.

Es por ello que no compartimos las reflexiones de algunos sectores económicos y políticos que afirman que si bien es cierto hay que ser optimistas frente a los problemas que hoy tiene el país, el hecho real es que las reformas propuestas poco o nada tienen que ver con la realidad por cuanto su contenido no refleja los intereses y necesidades comunes de los trabajadores asalariados e independientes que son tratados de manera desigual en función de su condición económica y social

ADENDA 1: En relación con el racionamiento de agua y el apagón energético, el gobierno del presidente Petro “cabalga sobre el filo de la navaja” dictando una serie de medidas de última hora para “conjurar” lo que dejó de ser una posibilidad para convertirse en una realidad tal como sucede con el racionamiento de agua en Bogotá a fin de poder enfrentar la problemática del clima agravada con el fenómeno del Niño, lo cual, el presidente ha convertido en una oportunidad para exaltar de manera subliminal pasadas rebeldías que en este momento deben ser atendidas en lo fundamental con el diálogo racional e inteligente con todas las fuerzas políticas y sociales democráticas en tanto que la política a seguir a propósito del cambio climático deben ir de la mano en su concepción y aplicación de la ciencia, de la experiencia práctica e histórica y de los expertos en la materia y no en la decretación de medidas infantiles como la de declarar como día cívico el 19 de abril para ahorrar agua y energía disminuyendo los consumos.

ADENDA 2: A propósito del debate en el Congreso de la República sobre el tema de las pensiones con base en la experiencia práctica e histórica, puede afirmarse que es necesario y urgente reformar el sistema pensional que rige en el país. Igualmente, tanto el sistema de ahorro individual -RAIS-, como el de Prima Media -COLPENSIONES-, constituyen un fracaso en la medida en que quedaron por fuera de la posibilidad de pensionarse miles de trabajadores o el monto de su pensión es el mínimo legal que no les alcanza para disfrutar de una vida digna, con lo cual no se les garantiza materialmente su derecho pensional a recibir los beneficios acordes con el principio de igualdad y de satisfacción de las necesidades básicas fundamentales; circunstancia que amerita de un nuevo sistema pensional desligado de la especulación financiera y de los subsidios del Estado.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

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