Opinando sobre lo propuesto en una columna anterior (Un POT para Cali, 03/02/2024) José Ramón Moreno García, arquitecto español, ex Director General de Arquitectura y Vivienda de la Junta de Andalucía y profesor de la Escuela de Arquitectura de Sevilla en la asignatura de “Arquitectura de las Américas”, escribe que: “Todo lo que dices sobre el POT ya lo hemos probado en España y no ha servido de mucho: los planes integrales suelen desvanecerse con alguna acción territorial imprevista y de fuerte impacto (por ejemplo, una megatienda de IKEA situada donde a IKEA le interesa y no donde el POT lo permitía) que “desbarata” de un plumazo alguna estrategia prioritaria. Por eso y por muchas otras razones (los dilatados plazos de redacción y de tramitación, por ejemplo) se abre paso la opción de elaborar Planes Estratégicos de carácter puntual que puedan causar efectos multiplicadores controlados. La llamada “acupuntura urbana” que propugnaba Lerner en Brasil y que ha demostrado su rápida eficacia frente a la mastodóntica lentitud de los POT convencionales.”

Considerando que en sólo cuatro años la actual Administración Municipal de Cali si acaso puede concluir dicho Plan Urbano General, lo procedente es adelantar al mismo tiempo “acupunturas urbanas” a la manera de Jaime Lerner en Curitiba, Brasil, aprovechando las nuevas localidades previstas para Cali en tanto Distrito Especial, identificándolas como ciudades dentro de la ciudad, surgidas espontáneamente, y fortaleciendo sus subcentralidades con el equipamiento urbano que haga falta y protegiendo el patrimonio construido, BIC, y sólo permitiendo nuevos centros comerciales y grandes almacenes cerca de dichos subcentros. E integrar dichas “acupunturas” al POT a largo plazo con las modificaciones posteriores que se encuentren necesarias o ya previstas.
Consolidar los dos nuevos ejes urbano regionales de Cali que unirían dichas ciudades dentro de la ciudad y en el área Metropolitana. El norte-sur comenzando por regularizar el par vial de las Cls. 25 y 26, y prolongarlo a Yumbo y Jamundí, a cuyo centro iría el Tren de Cercanías, una Autopista Urbana bajo una larga alameda, una fila de generadores eólicos, ciclovías y parques lineales. El oeste-este, regularizando las dos vías a los lados del Río Cali, y solucionando su empate con la Salida al Mar, y con la Cr. 1ª y su prolongación con la Directa a Palmira. Y solucionar el empate de la calzada al norte de la Cl. 5ª ampliando el actual puente sobre el río y empatándola con la Av. 6ª N por la Av.1ª N, ampliada y con doble sentido, y pasando por debajo de la Plazoleta del Correo.
Otras “acupunturas urbanas” podrían ser las ya propuestas (Miniobras, El País, 28/01/2010) para mejorar la movilidad en la ciudad: eliminar muchos “cuellos de botella” existentes; completar las vías arterias y repararlas, prohibir el estacionamiento en ellas y que el comercio tenga parqueaderos propios; y hacer andenes amplios, llanos y arborizados, con pasos pompeyanos en las esquinas. Garantizar las “olas verdes” mediante semáforos sincronizados y con tiempo para los peatones; regresar a los dos sentidos en las vías con separador o, eliminándolos, volviéndolas verdaderas avenidas; aprovechar mejor las glorietas existentes mediante el “ceda el paso” o con semáforos; y recuperar la nomenclatura de la ciudad y la señalización y demarcación de sus vías.

Benjamin Barney Caldas

Benjamin Barney Caldas

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011.