Los últimos resultados de las pruebas Saber Pro, donde nuestro querido claustro maestro de Univalle no aparece bien posicionado, deben concitar la reacción inteligente y febril de todos los vallecaucanos en pos de restaurar su majestad, pues Univalle fue el criadero, abrevadero del saber y conocimiento de varias generaciones desde mitad del siglo pasado en adelante, que construyeron y dieron vida, simiente y carácter a nuestra región.
Miles de muchachos llenaron sus sienes con las lecciones, tertulias, libros, investigaciones y exposiciones de una pléyade de maestros, pensadores, estudiosos y científicos, que confluyeron sin equívoco, como astros alineados en esa época dorada de Univalle, que fueron los 50s, 60s, 70s y 80s, y que nos hicieron vivir una suerte de “era de ilustración” en el Valle del Cauca”, que nos sacó de la Cali bucólica de mitad del siglo XX.
Ora aquí, ora allá, entre San Fernando y Meléndez, nos encontrábamos con Estanislao Zuleta en los fríos salones de filosofía, siempre con taquilla colmada, explicando su “elogio de la dificultad”; más acá en el edificio de historia los estudiantes con extasiada atención escuchaban a Germán Colmenares reinterpretando la historia de Colombia; y en el edificio de socio economía Edgar Vásquez, desbrozando El Capital de Carlos Marx y analizando la historia económica del Valle del Cauca; un piso más arriba, Álvaro Camacho Guizado disertando sobre la cultura de la violencia en nuestro país, y Enrique Buenaventura en el auditorio 5 ensayando una obra de la dramaturgia de Bertolt Brecht …
Todo ello se nos fue yendo como agua entre los dedos, y el otrora fulgor que nos destellaba se fue apagando lánguidamente… Univalle es hoy un viejo coche, con un gran equipaje y glorioso legado, excelentes campus, interesantes regionales, conducido por la inercia institucional, los últimos 10 años de resultados de rendimiento académico de Univalle arrojados en las pruebas Saber Pro, así lo confirman.
Y nos hacen hablar en público. No más ¡
Cual ágora griega, pese a los tormentos contemporáneos, aún se erigen la añosa sede de San Fernando y también la ciudadela de Meléndez como testimonio de su viejo esplendor, conservando las pinceladas de sus fundadores y luego de su gestora y parturienta Lyda Caldas, pionera de la arquitectura del paisaje en Colombia, cuando a principio de los 70s la entregó para su inauguración de cara a los Juegos Panamericanos. Allí se regodearon los univallunos alrededor de la cátedra majestuosa y elocuente de Fernando Cruz Kronfly, Jesús Martín Barbero, Enrique Low Murtra, Jorge Orlando Melo, Enrique Buenaventura, Phillip Arthur Silverstone, Henry Von Prahl, Isidoro Cabrera, Benjamín Barney, Harold Martínez, Lyda Caldas, Gustavo Álvarez Gardeazábal, Hansjurgen Meyer, Andrés Velásquez, Raúl Ortiz, Álvaro Thomas, Michel Valero…
Por supuesto Tulio Ramírez, Mario Carvajal, Edgar Reveiz, Carlos Arturo Cabal , Sócrates Herrera, Álvaro Tirado Mejía, Antonio J. Posada, Pedro Pablo Morcillo, Samir Camilo Dacach, Reinaldo Scarpetta, Adolfo León Betancourt, Fiderman Machuca Martínez, Nilson de Jesús Marriaga Cabrales, Cristian Frasser, Boris Salazar, Rubén Jesús Camargo Amado, Jaime Jaramillo Castaño, Mario Andrés Llano Restrepo, Julio Ríos, Espíritu Santos Potes, Roberto Caicedo, Alejandro Palacios, Guillermo Falk, Jaime Sánchez, Cristian Frasser, Gabriel Velásquez Palau, Pelayo Correa, Raúl Ernesto Astudillo, Hernán José Pimienta Jiménez, Alfonso Ocampo Londoño, Cecilia Aguilar de Plata , Martha Lucía Vásquez Truissi, Antonio Navarro W, Diego José Caycedo García, Gloria Isabel Toro Córdoba, Fernando Urrea, Rafael Contreras, Adolfo Álvarez, María Teresa Fidji, Carlos Vasquez Zawadsky y tantos otros letrados y eruditos maestros.
La Universidad del Valle, como un faro de sabiduría, modelo nacional de proyección internacional, ha iluminado generaciones con su legado intelectual y su contribución incansable al desarrollo del Valle del Cauca, siendo un crisol de pensadores y científicos que han dejado una huella imborrable en nuestra región.
Con profundo agradecimiento y admiración, reconocemos el papel fundamental que ha jugado la Universidad del Valle en la formación de líderes y pensadores, siendo un espacio donde nuestros maestros visionarios, han inspirado a más de un centenar de mil jóvenes, dejando un legado que perdura a pesar de los problemas actuales. No podemos dejar de lagrimear cuando recordamos los baluartes de ciencia, arte y pensamiento construidos por esa generación de ilustrados: Escuela de medicina, CINARA; OSSO ; CIDSE; CDU; CITCE; Esquina Latina; UVTV; Grupo de danzas folclóricas, entre otras instituciones.
Los univallunos nos resistimos a presenciar el estertor de nuestra alma mater, fruto de la inacción de la clase dirigente y su desapego por el valor público que ella entraña… pero también, de un pequeño pero activo y visible grupo de “tirapiedras” armados de papas bombas, que intenta izar a contrapelo, las banderas rotas y deshilachadas de expresiones políticas primarias y medievales.
Gracias Ing Ramiro Varela M, por convocar egresados a buscar ayudas…
El rector, el Consejo superior, el consejo directivo, académico y profesores tienen la palabra. Y por favor, llamen a los egresados, como mayor patrimonio de Univalle, a ayudar a un plan de mejoramiento económico, financiero y ante todo, académico.