Existen bienes de interés cultural (BIC) que son patrimonio histórico de la Nación o de la ciudad. Tienen un valor histórico y estético y son un modelo de construcción particular y de estilo arquitectónico que los diferencian del resto de casas y edificios. Ejemplos de estos bienes patrimoniales son el Edificio Otero (Patrimonio Nacional), el Palacio Nacional en la Plaza de Caycedo y muchas casas en el Barrio de San Antonio y algunas en los barrios Granada y San Fernando.
Los bienes patrimonio histórico de la ciudad, atractivo para visitar por propios y turistas, son los vinculados a su historia y los principales son: La Iglesia de la Merced, lugar donde se fundó la ciudad en 1536; la Capilla de San Antonio (1747); la Iglesia Catedral de San Pedro, que ha sufrido modificaciones que cambiaron su fisonomía original; la Torre Mudéjar, única en el país y su Iglesia del Colegio de Misiones de San Joaquín de Cali y el posterior Templo de San Francisco; y la Casa Arzobispal, de gran valor histórico por haber sido construida para su madre Margarita por los próceres Miguel, primer muerto en la primera Batalla de nuestra Independencia, la del Bajo Palacé (1811), Francisco fusilado en Santa Fe en 1816 y Margarita líder de las mujeres que derrotaron y dieron muerte al último Gobernador de Popayán y su tropa de 80 soldados y haber alojado al Libertador en su última visita a la ciudad en 1822. A su diagonal está la Casa de la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali (1890), la casa Museo de la Ciudad Hernán Martínez Satizabal de 1856 y original en un 95% y al sur de la ciudad la Casa de la Hacienda Cañasgordas y su trapiche, no solo patrimonio histórico de la Nación, sino Altar de la Patria por allí haber iniciado sus conversaciones sobre la autodeterminación de los pueblos de América el último Alférez Real y protomártir de esa lucha el abogado Joaquín de Caycedo y Cuero y su colega Fray José Joaquín Escobar, posteriores Presidente y Vicepresidente de las Ciudades Confederas o amigas del Valle.
Cuando a los colombianos se les enseñe completa la historia de la gesta libertadora, hoy contada desde Bogotá y donde nunca mencionan ni el 3 de Julio de 1810, ni que fueron los soldados de la Ciudades Confederadas del Valle quienes participaron en todas las batallas de esa lucha desde la del Bajo Palacé (1811) hasta la última en Ayacucho (Perú) en 1824 y menos a las 9 mujeres fusiladas en el Valle, conocerán la verdadera historia del patriotismo de sus gentes. Por ello la Hacienda de Cañasgordas es el máximo Altar de la Patria y es nuestro deber conservar ese máximo bien invaluable de nuestra historia.
Solo cuidando nuestro patrimonio y que quienes lo cuidan reciban algún estimulo económico, aunque sea el no pago del impuesto predial para ayudar a su mantenimiento, también se ayuda a conservar no solo nuestra historia patria, sino el patrimonio cultural. Es un deber de todos conocer nuestra memoria cultural y cuidar su patrimonio inmaterial y material.