Una planeación de largo plazo es la movilidad, elemento crucial para su calidad de vida y ello se agrava cuando se construyen urbanizaciones y grandes edificios sin pensar en un desarrollo ordenado que incluya la capacidad de las vías para el número de vehículos que albergarán estos proyectos inmobiliarios. Hoy hay que agregar el problema de la invasión de las calles por los automóviles estacionados a ambos lados de la calle, especialmente en vías arterias.
Las calles de la ciudad fueron diseñadas para dos carriles, suficientes cuando el transporte era en las victorias tiradas por caballos, antes del crecimiento vehicular y seguimos olvidando que un automóvil ocupa unos 25 mt2 de vía y transporta en promedio 1.2 pasajeros. En un sistema de transporte masivo, la ocupación por pasajero es de 0.50 mt2. Por ello en todas las grandes ciudades del mundo el transporte masivo es por ferrocarril subterráneo o de superficie y ni comparar el tiempo que nos hemos demorado, pues el primer tren subterráneo fue construido en Londres en 1856.
En Santiago de Cali tenemos la esperanza de la rehabilitación, que, como buenos subdesarrollados, dejamos destruir, del ferrocarril a Jamundí y Suarez. Si nos va bien, antes de 5 años no estará funcionando. Mientras tanto, si no se mejora el funcionamiento del MIO, la congestión vehicular o la tardanza en un desplazamiento en automóvil crecerá día a día, máxime cuando el parque automotor sigue creciendo, afectando de manera significativa la calidad de vida de la que hablamos anteriormente. Afortunadamente el Alcalde Eder, pese a las críticas de los amantes del desorden, está empeñado en que se cumplan las normas que son las que agilizan el tránsito vehicular y le están enseñando a los motociclistas que para ellos también son las normas y esperamos que aprendan, porque en el 70% de los accidentes está involucrado un motociclista.
Igualmente, la movilidad es un concepto integral que considera, y en la misma importancia, la movilidad peatonal y en bicicleta, lo cual también nos obliga a un mejoramiento y ampliación de andenes y a tener completos los circuitos de las ciclo rutas.
Nunca podemos olvidar que sin orden y una adecuada planeación, el desarrollo no es posible y el señor Alcalde Eder debe seguir a Dios rogando y con el mazo dando. Solo así se recuperará la seguridad y el orden en la ciudad que pronto cumplirá 500 años y para entonces no puede ser la reina del desorden.