La novela María, es una de las magistrales y sublimes obras literarias colombianas. Sin embargo, lo que poco se conoce es que su autor, el ilustre poeta caleño Jorge Isaacs, hace 160 años le correspondió enfrentar la pérdida de las fincas heredades de su padre, La Rita y La Manuelita, esta última fue nombrada en honor a su progenitora. El 20 de abril 1864, la sociedad conformada por el Dr. Pío Rengifo y don Santiago Martin Eder se hicieron a la propiedad de ambas fincas por vía de un remate ante el juzgado de Palmira. Desde ese momento la propiedad quedó en manos de don Santiago por cuenta de su origen extranjero, intentando con esta maniobra evitar que en las guerras civiles las tierras fueran arrebatadas por la fuerza.
Fue así como don Santiago, de nacionalidad estadounidense y nacido en Curlandia (Lituania), considerado por su hijo Phanor James en su libro “El Fundador”, el responsable de ligar el devenir de la familia Eder a la tierra. Es decir, el tatarabuelo del Alcalde de Cali Alejandro Eder Garcés, inició la tradición de los Eder por la acumulación de tierras a través de grandes haciendas algunas con su origen en la colonia, que paulatinamente fueron constituyendo el emporio de la caña de azúcar que utilizaron como mano de obra población afrodescendientes esclavizada. De esta manera lo señaló el maestro Jaques Aprile Gniset en su obra urbanización y violencia en el Valle, “Al sur, el Clan Eder y su Manuelita la que desde hace cien años se va tragando o anexando poco a poco toda la región”.
Además, del acaparamiento de tierras para garantizar la consolidación de emporio económico, los Eder Garcés, al igual que las demás familias prestantes de la región, desde siempre se fijaron el propósito de hacer parte del gobierno para la protección de sus interés, lo que han denominado eufemísticamente “vocación de servicio”. En este sentido, el abuelo del Alcalde Eder, Harold Henry Eder Caicedo fue Ministro de Fomento. En ese mismo propósito, la tía del Alcalde, Doris Eder de Zambrano fue gobernadora del Valle del Cauca nombrada por el presidente conservador Belizario Betancur. Por último, el padre del Alcalde, Henry James Eder, fue directo de la CVC en el período 1967 – 1976, en ese momento la corporación era concebida como una entidad de fomento económico de los departamentos del Cauca, Valle y Caldas, su principal objetivo fue domesticar el río Cauca y garantizar el acaparamiento de agua para la consolidación del monocultivo de caña. Adicionalmente fue Alcalde de Cali en el periodo 1986 -1988.
Un hecho que evidencia nuevamente este cruce de los interés económicos de la familia Eder Garcés y el ejercicio del gobierno distrital, se registró el 6 de noviembre de 2024, el Alcalde Alejandro Eder Garcés envió a la Procuraduría Regional del Valle del Cauca, una declaración de su conflicto de interés para los trámites correspondientes a la actualización del Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Se trata del instrumento de planeación del territorio más importante para la ciudad que tendrá una vigencia de 12 años, en este, se debe definir la visión de ciudad, el futuro del crecimiento urbanístico, la protección de la ruralidad, la definiciones sobre el uso del suelo, en suma el rumbo del Distrito. Sin duda alguna se trata de discusiones en la que los acaparadores históricos de la tierra, los sectores de la construcción, inmobiliario y financiero tendrán sus intereses en juego. Salta a la vista que los intereses familiares del Alcalde Eder Garcés estarán en discusión como ya fue reconocido por él.
Se trata del primer campanazo para los sectores sociales, a quienes siempre se les ha negado el acceso a la tierra, para quienes han sido despojados de sus territorios, para la población que habita en los asentamientos humanos, para los viviendistas, para los habitantes de la ruralidad y del centro de la ciudad, las organizaciones ambientalistas y comunitarias. La única forma de lograr un POT que realmente ordene el territorio alrededor del agua, la soberanía alimentaria y garantice la vida en el territorio dignamente, es seguir develando claramente los interés que representa quien gobierna la ciudad, además, promover la articulación de las luchas por el territorio y la organización para la discusión del POT que ya inició con la declamación de “don Eder”.