Los vallecaucanos y los caleños tenemos un compromiso de gran responsabilidad con la celebración de la COP 16, no solo para mostrar nuestras riquezas naturales de verdes montañas, variados climas, profusión de plantas y aves, monumentos arquitectónicos como la Torre Mudéjar, única en el país, el Museo del Oro del Banco de la República con sus más de 35.000 piezas del arte orfebre precolombino, su arborización, por citar algunos atractivos.
Algo fundamental es presentar limpia y hermosa la ciudad, que es como la sala de nuestra casa para que la imagen que se lleven nuestros visitantes sea la mejor además por nuestra amabilidad, gentileza y conocimiento de nuestros monumentos y de la historia de la ciudad, pionera en la lucha por nuestra independencia de España.
No podemos olvidar que una de las mayores actividades económicas es el turismo. El avance de la aviación comercial en la conexión de todas las regiones ha originado el crecimiento vertiginoso del deseo de conocer otros lugares y culturas diferentes a las nuestras. Así las grandes ciudades del mundo mantienen gran información sobre sus monumentos y atractivos de diverso orden como fiestas, celebraciones, tradiciones, ferias, congresos científicos, competencias deportivas, etc.
Lo más importante es el trato a los visitantes y su seguridad durante su estadía y en esto nuestra ciudad debe consolidarse no solo para la celebración de la COP16, sino todos los días y cuidar y promover nuestros sitios históricos y el conocimiento para informarlos debidamente. Nosotros tenemos mucho para mostrar y contar y podemos generar con ello más oportunidades de trabajo para muchos y mejorar nuestras divisas.
Los caleños y vallecaucanos tenemos esa obligación y desde ahora debemos portarnos como la laboriosa hormiga de la fábula, trabajar para lucirnos en el mañana.