El trabajo por cuenta propia se ha convertido en una forma velada de encubrir la informalidad que en Colombia asciende al 56.8%.

En el caso de Cali, este fenómeno tiende a generalizarse e incrementarse con la pauperización de los caleños que en su gran mayoría no tienen la posibilidad de gozar de un trabajo estable y duradero, en tanto que hasta la presente no se cumplen con los acuerdos del gobierno nacional y local, no obstante las promesas de campaña y más allá del ofrecimiento de beneficios para empleadores que generen nuevos puestos de trabajo y cuyos resultados no se conocen hasta el momento.

La tendencia a sustituir el trabajo asalariado por el trabajo “por cuenta propia” ha traído como consecuencia un mayor crecimiento de la informalidad, particularmente para aquellos trabajadores no calificados, para quienes la conservación del trabajo asalariado les resulta cada vez más difícil de conseguir, en tanto que las personas con títulos profesionales o de técnicos no encuentran fácilmente un trabajo que les permita atender sus necesidades básicas fundamentales.

Los gobiernos anteriores y en especial el del presidente Petro fijan su atención en el trabajo por cuenta propia como alternativa de solución al fenómeno del desempleo para lo cual está dispuesto a implementar por ejemplo, políticas de crédito con préstamos de bajos intereses para estimular el emprendimiento de las personas que en la actualidad perdieron su trabajo, o simplemente no tienen interés de vincularse al mercado del trabajo asalariado.

Lo cierto, es que dicha política no modificará en lo esencial la precariedad del trabajo en el país y mucho menos en la ciudad de Cali, en donde los índices de desempleo han crecido y con ello la pobreza y la desigualdad social.

Este proceso se refleja de manera patética en la parte rural de Cali en donde el desempleo es mayor debido a la inexistencia de fuentes de trabajo.

Por otra parte, se ha creado la imagen de que con la política social del gobierno local basada en el otorgamiento de subsidios, se contribuye eficazmente al desmonte del desempleo y de la informalidad, cuando en realidad lo que se hace es desnaturalizar la actividad laboral como principio fundamental para la construcción de la riqueza social, además de fomentar en el seno de la comunidad una actitud mendicante y clientelista.

Y de ahí que la preocupación en torno a la creación de estímulos al trabajo por cuenta propia se convierta en un verdadero sofisma de distracción, mientras subsisten las causas que generan el creciente desempleo e informalidad y con ello la existencia de todo tipo de problemas sociales.

Entretanto, el camino a seguir no consiste en promover políticas asistencialistas y populistas para estimular el trabajo por cuenta propia ligado a la economía de los servicios, siendo necesario cambiar las condiciones económicas y políticas en que viven los colombianos y en particular los caleños, impuestas por el régimen capitalista que explota económicamente el trabajo de cientos de miles de trabajadores asalariados y de aquellos que laboran por cuenta propia y son objeto de la especulación crediticia y de los gota a gota que traen mas pobreza y desigualdad social, desempleo e informalidad lo cual no podrá ocultarse con estadísticas amañadas realizadas por el mismo Estado para encubrir las verdades sobre la realidad social, contraria a la aspiración de los trabajadores de lograr un trabajo estable y duradero como perspectiva de vida y de construcción de una sociedad mas justa, equitativa e igualitaria para todos.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

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