Pretender solucionar por separado cada uno de los muchos problemas que hay en Cali no es con frecuencia lo más indicado sin pensar antes a fondo y en conjunto en unas pocas soluciones globales y cómo llevarlas a cabo simultáneamente, las que ayudarían a solucionarlos. En esas soluciones se ha insistido en esta columna, pero toca hacerlo de nuevo variando algo su orden; son cinco:
Control de la ciudad, su área metropolitana, conformar ciudades dentro de la ciudad, unirlas por dos ejes urbano-regionales, y educación cívica a la que mucho colaborarían las anteriores.
Controlar la ciudad tanto para la seguridad de sus habitantes (delincuencia común) su movilidad en ella (mejor transporte público y mejores vías incluyendo ciclovías y andenes) su tranquilidad (ruido ajeno y privacidad) correcto uso del suelo (respeto a las viviendas) y correcta ocupación del espacio (paramentos, aislamientos, alturas). Control de la ciudad que se podría realizar mejor creando una Policía Municipal, que además generaría empleo, y legalizando y fortaleciendo las juntas de vecinos de los barrios.
Conformar el área metropolitana de Cali, desde Yumbo a Jamundí y desde las faldas de la Cordillera Occidental hasta el río Cauca, con cinturones verdes que separen a Cali de las cabeceras municipales de Yumbo y Jamundí; y no confundirla con la subregión sur del valle geográfico de dicho río de la cual formaría parte junto con Palmira, que debería tener su propia área metropolitana, y los demás municipios, hacia el sur, en la margen derecha del río Cauca hasta Santander de Quilichao, que debería pertenecer al Departamento del Valle del Cauca.
Conformar en Cali varias ciudades dentro de la ciudad, unas al norte, otras al sur, y otra al oriente, partiendo de la de su Centro Ampliado, la que incluiría los dos costados de su Centro Histórico, que discurre a lo largo de la margen derecha del río Cali desde la Capilla de San Antonio hasta el Cementerio Central. Cada una con subcentralidades con todo el equipamiento urbano indicado, a las que se podría llegar cotidianamente caminando o en bicicleta; y unir entre sí dichas nuevas localidades por dos sendos ejes urbano-regionales, uno norte-sur y el otro oeste-este
Constituir esos dos ejes urbano-regionales; el norte-sur a los dos costados del actual corredor férreo, por el que pasaría el tren de cercanías, y sus lados largas zonas verdes conformando entre la Alameda más larga del mundo, una autopista urbana, y el par vial de las Cls. 25 y 26; y que conectaría con la carretera que va a Cartago y Pereira, y con la que va a Santander de Quilichao y Popayán. Y el oeste-este sería a los dos lados del río Cali, utilizando las vías existentes, y conectándolas con la Salida al Mar y Buenaventura, y la Directa a Palmira y desde allí al norte del departamento y el oriente del país.
Finalmente, pero lo más importante ¡más educación cívica! Inculcar el respeto a los otros con la misma amabilidad, cortesía y buen humor con la que en Cali sé suele tener con los conocidos, independientemente de que se los acabe de conocer. Más control de la ciudad incluyendo su área metropolitana, la vida cotidiana en pequeñas ciudades dentro de la ciudad, y un mejor transporte urbano público, por supuesto mucho colaborarían a la educación cívica de todos los habitantes de la ciudad, cuya ausencia tanto contribuye a agravar todos los problemas de la ciudad.
Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011.