En medio de una amena conversación de amigos que debaten diferentes temas de interés general, uno de ellos se pregunta lo siguiente: ¿por qué será que el común de la gente se deja seducir por la apariencia de las cosas, generándose con ello en muchos casos una visión deformada de la realidad? Otro de los amigos toma la palabra para expresar que dicha actitud se ha convertido con el paso del tiempo en una constante con la cual algunas personas se conforman con una porción del conocimiento derivado de hechos y acontecimientos que tan solo nos ofrecen una visión aparente de la realidad, casi siempre relacionados con aspectos externos y superficiales, sin profundizar en su verdadero contenido esencial oculto a nuestras percepciones debido a la influencia de diversos factores existentes en la realidad natural y social. Así por ejemplo, muchas personas consideran que la tierra no está en permanente movimiento por que no la ven moverse; o que el sol nace en el oriente y se oculta en el occidente; o que la existencia y desarrollo de la vida social depende exclusivamente de las acciones de las grandes personalidades de la historia, sin entender que es el pueblo el verdadero actor y autor de su propio destino histórico. En este momento, uno de los amigos interviene para manifestar que en efecto son varios los ejemplos que se pueden citar, aunque este asunto resulta más complejo de lo que se supone siendo necesario aclarar que la actitud asumida por los seres humanos obedece en gran medida a que en determinados casos tienden a acomodar su conducta a sus ideas, deseos, voluntad, ligados a sus intereses y necesidades individuales y sociales, sin percatarse que al mismo tiempo viven en determinadas condiciones materiales que determinan su manera de ser, pensar y actuar en la sociedad, lo que les permite no solo adaptarse a las condiciones heredadas de las generaciones anteriores, sino también a transformarlas con base en su propia actividad consciente. Entretanto, otro de los integrantes del grupo de amigos interviene para decir, que si bien es cierto, comparte los conceptos y las explicaciones de sus amigos, no debe olvidarse que también existe la tendencia de algunas personas, de conformarse con una parte del conocimiento sin profundizar en las verdaderas causas de los fenómenos, lo cual obedece a la necesidad de adaptarse a determinada ideología fundamentada en conceptos alejados de la experiencia práctica e histórica y del conocimiento de la ciencia, circunstancia que resulta más relevante en aquellos momentos de crisis por los que atraviesa la sociedad, agobiada por las contradicciones y conflictos sociales, cuyas causas más profundas se tratan de ocultar o simplemente “maquillar” para generar una aparente e ilusoria realidad. Aunque hasta el momento parecía haberse agotado el tema desde el punto de vista conceptual, una persona que se encontraba en el lugar de la reunión solicitó que le permitieran expresar algunas ideas en torno al tema de discusión, a lo cual accedieron los amigos del grupo que invitaron a esa persona a expresar sus opiniones que complementaron lo expuesto por el grupo de amigos, que así lo consideraron luego de que el interlocutor tomara la palabra para expresar que el problema radicaba en que existen muchas personas que de hecho privilegian sus ideas y su voluntad por encima de la realidad en que viven, generándose con ello un razonamiento incompleto pues no alcanzan a comprender la compleja red de relaciones que establecen los seres humanos en la sociedad, en donde no siempre ni en todas las circunstancias es posible lograr los objetivos y fines que se proponen, como tampoco impedir que se produzcan ciertos hechos que no fueron pensados por nadie, lo que hace que se considere que el acontecer histórico y social como el destino de los seres humanos depende de una especial esencia ideal, superior y supra histórica que determina en última instancia la razón de ser de la naturaleza y de la vida. Con esta intervención se cerró el debate y cada uno de los amigos expresó su complacencia por los aportes al tema, que entraña complejidades no obstante enriquecer el pensamiento para cambiar los paradigmas de un mundo en ebullición en el que la apariencia puede llevar a escoger el camino equivocado.
PABLO A. BORRERO V.
Cali, Enero 9 de 2025
Esta crónica-cuento se realizó con la colaboración de mi esposa Luz Betty Jiménez de Borrero