Con motivo de la suspensión definitiva de las actividades económicas en la Carpa de La 66 Central Park, el alcalde Alejando Eder manifestó que: “A mi me eligieron para recuperar a Cali y las cosa están cambiando; la ley se respeta y nadie, por más poderoso que se crea, está por encima de ella.” (El País, 28/12/2024). Es un importante paso que es imperativo defender por parte de la ciudadanía, y continuarlo por parte de las autoridades, pues aunque algo se ha intentado para mejorar el vigilancia del tránsito en la ciudad y evitar el ruido ajeno en ella, la falta de control es abrumadora con respecto a los usos y ocupación del suelo.

En San Antonio y San Cayetano, pese a que ya quedó definido que son barrios prioritariamente residenciales y cuyo patrimonio construido es de interés cultural, las sobreelevaciones y modificaciones en contra de las normas vigentes, los restaurantes sin permiso, y la invasión de carros y motos, contina. En la Cr. 6, el “urbanismo táctico” un “piloto” de seis meses, lleva ya dos años reducido a las materas que pusieron, impidiendo su supuesto uso por personas en silla de ruedas, y ahora esta invadido por motos, carros y mesas, y aún no se ha realizado la evaluación que prometieron; y la invasiva e ilegal edificación entre la Cls, 3 y 4 sigue allí.

Otro paso, igualmente importante, como el de la Carpa de La 66, pero más evidente y significativo, sería desmontar la estructura metálica que fue levantada en la parte posterior del Colegio de la Sagrada Familia, varios pisos más de los permitidos, lo que llevó a Planeación Municipal a suspender los trabajos “de forma provisional” ya hace ocho años (El País,13/05/2016)y la que ya hace tiempo fue ordenada, pero que se ha pospuesto alegando su costo, pese a que la venta o utilización de las piezas metálicas retiradas podría compensarlo. Y por supuesto hay que recuperar sus fachadas, victimas del vandalismo cultural contra el patrimonio construido.

Valorar y conservar el patrimonio cultural de Cali, tanto el material como el inmaterial, es fundamental para la recuperación de la ciudad, comenzando por la de su Centro Ampliado, y para ayudar a convertir a sus nuevos habitantes en urbanitas, junto con su educación cívica, corrigiendo su mal comportamiento en los espacios urbanos públicos, como lo son sus calles, plazas y parques. En consecuencia, es preciso entender el patrimonio material y el inmaterial del Centro Ampliado de Cali, interactuando y no por separado, y eso lo que busca la Fundación de vecinos de San Antonio, Funvesan, y el colectivo de ciudadanos del Centro Histórico Adelante, CHIA.

Dura lex, sed lex es un principio general del derecho, proveniente del derecho romano, “la ley es dura pero es ley” hace alusión a que la aplicación de las leyes es obligatoria para todas las personas, y es un principio fundamental de los Estados de derecho (Wikipedia). Es el Derecho a la Ciudad de todos los habitantes a habitar, utilizar, ocupar, producir, transformar, gobernar y disfrutar ciudades, pueblos y asentamientos urbanos justos, inclusivos, seguros, sostenibles y democráticos, definidos como bienes comunes para una vida digna (ONU HABITAT por un mejor futuro urbano) algunos de cuyos aspectos se incluyen en la Constitución Nacional.

*Publicado en el Chat del Centro
Benjamin Barney Caldas

Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011.