La mayoría de los proyectos de arquitectura están dedicados a la vivienda en las ciudades, por lo que es pertinente ocuparse de los temas que se deben considerar, y derivar de su secuencia el método de proyectación más indicado para la mayoría de los casos, o por qué debe ser diferente en algunos. Como la define el DLE, la vivienda es un lugar cerrado y cubierto construido para ser habitado por personas, y habitar es residir, lo que significa estar establecido en un lugar; de ahí la importancia de su ubicación en la ciudad, en donde se ubican la gran mayoría, la que además determina su construcción en relación con las características del terreno, y aquella su forma.
En general una vivienda, ya sea una casa, un apartamento o un apartaestudio, comporta espacios para estar, comer y trabajar, como salas, comedores y estudios, principalmente durante el día; espacios para descansar o dormir, como dormitorios, principalmente por la noche; espacios para servir, como cocinas, lavanderías y baños; espacios para recrearse, como balcones, terrazas, azoteas y patios, durante el día o la noche; espacios para guardar cosas, como armarios, alacenas, depósitos o garajes; y espacios para circular como corredores, pasillos y escaleras. Espacios definidos por su tamaño y mobiliario, y que pueden ser de uso múltiple.
La ubicación de toda vivienda define su arquitectura en términos económicos y sociales, pero ante todo funcionales, lo que paradójicamente poco se considera en una sociedad de clases; términos relacionados principalmente con la cercanía de la vivienda al trabajo de sus propietarios, la educación de sus hijos y el abastecimiento de la familia, lo que en las ciudades extensas es todo un dilema cuya solución estriba en el urbanismo de la ciudad más que en la arquitectura de la vivienda. Se trata de consolidar ciudades dentro de la ciudad para que las demandas cotidianas de sus viviendas se puedan satisfacer en sub-centralidades cercanas.
En la construcción de viviendas en serie es preciso entender que su economía reside en la de sus materiales, componentes, elementos y partes, y no en la repetición idéntica de aquellas, evitando los desperdicios de los primeros y utilizando de variadas maneras los segundos. Materiales, componentes, elementos y partes que deben ser apenas los necesarios, y utilizables en los diferentes emplazamientos de las viviendas en sus distintas ubicaciones. Entonces su ubicación y construcción pasan a ser relevantes en la forma de las viviendas y no lo contrario como cuando solo se imitan las firmas de moda, además ya pasadas de moda.
En consecuencia, la forma de las viviendas debería depender de su posible construcción en una ubicación dada (como sucedió con la arquitectura premoderna con estupendos resultados formales) y distinguir si se trata de viviendas en serie, tanto casas como en apartamentos repetidos en edificios que se repiten, o de viviendas unifamiliares individuales, o edificios de apartamentos únicos. Y todo esto no apenas en beneficio de la vivienda misma, mejorando su calidad y disminuyendo su costo, sino igualmente a favor de la ciudad respectiva mejorando la calidad de vida en ella.
En conclusión, el método de proyectacion de la vivienda en serie, tanto casas como apartamentos, debería ser tipológico (reinterpretando tipos exitosos de vivienda) y canónico (respetando normas y estándares) más no analógico (copiando edificios de moda) método que no obstante suele ser el más usual en países como Colombia. Viviendas que se repiten idénticas independientemente de su ubicación y función en la ciudad, pero si considerando el estatus social de cada barrio, aduciendo en su mera propaganda novedades que suelen ser solo formales y ya pasadas de moda.
Arquitecto de la Universidad de los Andes con maestría en historia de la Universidad del Valle y especializaciones en la San Buenaventura. Ha sido docente en los Andes y en su Taller Internacional de Cartagena; en Cali en Univalle, la San Buenaventura y la Javeriana, en Armenia en La Gran Colombia, en el ISAD en Chihuahua, y continua siéndolo en la Escuela de arquitectura y diseño, Isthmus, en Panamá. Miembro de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, la Sociedad de Mejoras Públicas de Cali y la Fundación Salmona. Escribe en El País desde 1998, y en Caliescribe.com desde 2011.