Varias son las estimaciones realizadas en torno al monto del presupuesto presentado por el gobierno correspondiente a este año, particularmente aquellas asociadas con el rubro de financiamiento, siendo las de mayor dimensión aquellas que se relacionan con Hacienda, trabajo, defensa y la rama judicial.
Algunos economistas consideran que el ajuste fiscal que se pretende realizar, podría incluso superar los 50 billones de pesos debilitando sensiblemente el presupuesto del Estado.
El origen de esta situación tiene que ver con la caída vertical de los ingresos tributarios lo cual obliga al gobierno nacional a realizar el ajuste con el fin de que pueda cumplir con los compromisos en materia de disciplina fiscal y de la regla fiscal para el año en curso.
En cuanto al rubro de inversión el recorte será de 10.1 billones de pesos que se reflejará en el sector de la inversión social, la Hacienda pública, el transporte, la agricultura y la vivienda.
Entretanto, es evidente la dependencia del país del abultado endeudamiento que con el paso del tiempo ha crecido exponencialmente comprometiendo el presente y el futuro de la economía y de las finanzas del Estado y del país.
El recorte previsto por el ministro de Hacienda para este año será de 28.4 billones de pesos, siendo inferior al anunciado inicialmente, además de ser insuficiente para garantizar el cumplimiento de la regla fiscal según se dice por parte de algunos analistas, todo lo cual, obedece al bajo recaudo tributario en el año 2024.
Esta circunstancia podría determinar un alza en la prima de riesgo país, además de una mayor tasa de cambio con un elevado costo de financiación del crédito con el sector financiero nacional e internacional.
Y de ahí que, como consecuencia del ajuste fiscal se pueda pasar rápidamente a una etapa de dictadura fiscal que le permitirá al gobierno concentrar y centralizar el poder de decisión haciendo los ajustes del presupuesto que considere necesarios para la vigencia fiscal 2025
La naturaleza económica y social del presupuesto del Estado, la composición de sus ingresos y de sus gastos, así como el papel que juega en la vida económica y política del país, viene determinado por el carácter del régimen social y estatal que en países capitalistas como Colombia está encaminado a satisfacer las necesidades e intereses fundamentalmente de las clases dirigentes y no precisamente a mejorar la condición económica y social del pueblo en general.
El desfase entre los ingresos tributarios y los gastos del Estado no solo generará mayor déficit de las finanzas públicas sino que además afectará de manera directa e indirecta la inversión económica y social haciendo que el país no pueda superar el proceso de desaceleración de la economía que en la actualidad tiende a recuperarse lentamente, pero que ante esta situación, no solo estimulará la dictadura fiscal sino que será más difícil conjurar los efectos que traerán el estancamiento de la economía nacional.