Para nosotros los caleños la celebración de esa reunión con participantes a nivel mundial es un compromiso muy serio si queremos mostrar nuestra ciudad como la catalogara el poeta Carranza de “un sueño atravesado por un río”.
Una ciudad limpia, nada de basuras en las calles y andenes, ausencia de grafitis que ensucian las paredes, amabilidad, gentileza y cultura en nuestro comportamiento y suministrar toda clase de información a los visitantes.
No podemos olvidar que será una ocasión de gran reactivación económica para la región y la ciudad y fundamental que esos visitantes se lleven la mejor imagen para la promoción de la ciudad, pues turista satisfecho trae más turistas. Tampoco olvidar que el turismo es una de las mayores actividades económicas a nivel mundial o la mayor industria para muchos países.
Colombia tiene la ventaja de contar con sus tres cordilleras, variedad de climas, grandes ríos, su biodiversidad, el verdor de sus montañas y Cali puede mostrar diversas culturas y monumentos que la hacen especialmente atractiva. La ciudad no puede olvidar que tiene varios museos para mostrar y especialmente el Museo de Oro del Banco de la República, que con sus más de 35.000 objetos de la orfebrería precolombiana es único en el mundo.
Igual es importante el Museo arqueológico del Banco Popular y la Torre Mudéjar, única en el país. Igual podemos mostrar El Altar de la Patria que es la Hacienda Cañasgordas, la que fuera vivienda del protomártir de nuestra Independencia y a su vez el último Alférez Real y de donde partieron parte de las tropas que dieron la primera batalla de nuestra Independencia en el Bajo Palacé.
Reiteramos que es una oportunidad para mostrar o vender como dirían otros, a la ciudad y con ello mejorar significativamente sus negocios. No es solo un negocio, es una obligación de mostrar la gentileza y cultura de la ciudad y sus gentes. Tenemos el deber, como dirían nuestros mayores de “Quedar bien”.