La estrategia del gobierno del presidente Petro encaminada a reactivar la economía del país, se constituye en un verdadero reto dada la situación revelada por el DANE que anuncia que para el segundo semestre del año en curso, de las 15 actividades que hacen parte de la producción manufacturera y del comercio correspondiente al primer trimestre, diez de ellas por lo menos arrojan un índice negativo no obstante presentarse una recuperación parcial a partir del mes de junio, sin que por ello se garantice una mayor estabilidad y productividad, siendo el agro con la producción del café y la economía de los servicios los sectores más beneficiados con el repunte económico.

De todas maneras, la posibilidad de reactivar la economía y convertir su ejercicio en una realidad depende de diferentes factores relacionados con los mercados de venta de productos, bienes y servicios, los precios de los mismos, el incremento de las exportaciones, los cambios climáticos, etc., a todo lo cual se suma la posibilidad de que el gobierno llegue a un acuerdo con el sector empresarial en torno a los pasos a seguir para impulsar el crecimiento y desarrollo de la economía del país y sus efectos en el tiempo.

Por otra parte, el gobierno aspira a que sus propuestas en materia económica y social sean acogidas como base fundamental de su política de reactivación económica incluida su reforma tributaria y su proyecto de inversiones forzosas para el sector financiero, mediante el cual se pretende imponer a los bancos la obligación de descontar un porcentaje de los ahorros de sus depositantes, con el fin de atender el crédito dirigido a diferentes sectores económicos como la agricultura, la construcción, la vivienda, el turismo, etc.; circunstancia esta que ha despertado la crítica de la mayoría de los gremios y empresarios que consideran que el gobierno no puede disponer del dinero de los ahorradores .

La idea de democratizar el crédito con el propósito de que se amplíe y se estimule la producción y la economía de los servicios, constituye en principio una medida deseable e importante siempre y cuando su aplicación se traduzca en la práctica en toda una realidad y no en una simple formalidad o lo que es peor, destinada a satisfacer los intereses de la clientela política de la coalición de gobierno o usar el crédito para fines diferentes de los señalados en la ley y decretos presidenciales, creándose con ello un ambiente de desconfianza y corrupción.

Ahora bien, en relación con la nueva reforma tributaria mediante la cual se le reduce la tasa impositiva del impuesto a la renta a las entidades corporativas del 35% al 30%%, la experiencia práctica e histórica ha demostrado que en estos casos el menor recaudo que afecta al fisco nacional por dicho concepto se traslada a los contribuyentes con la ampliación de la base gravable y el aumento de las tasas impositivas, lo cual contraviene los principios de equidad y de justicia tributaria.

El capital de préstamo tiene un precio que es el interés que se paga por el dinero prestado, en tanto que las tasas de interés que se cobran están sujetas a los vaivenes y fluctuaciones que se operan en el mercado; en tanto que en las épocas de crisis y recesión económica se corre el riesgo de que los bancos entren eventualmente en estado de insolvencia o de quiebra. Situación ésta que conduce a que los ahorradores acudan presurosos a los bancos a sacar sus ahorros para evitar que se pierdan en manos de los banqueros, fuera de que los productores no acuden a dichas entidades a solicitar préstamos debido al estado de la crisis económica.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

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