En buena hora la ciudad tiene un Alcalde empeñado en recuperar los valores que hicieron a Santiago de Cali la capital del civismo a diferencia de la dirigencia anterior de la ciudad que era quien, presidida el desorden, la falta de transparencia y el imperio de la anarquía, no solo en el tránsito vehicular sino en muros y paredes enmugrados, en el descuido de parques y zonas verdes, en las calles llenas de huecos, en la inseguridad por citar algunos problemas. Y algo más grave era la creciente desmejora de la calidad de vida urbana. En otras palabras, la amabilidad y cortesía de las gentes venía desapareciendo ente el temor del robo o la agresión en las calles.
Cuando la ciudad espera miles de turistas, es fundamental que ellos se lleven la mejor imagen de nuestra ciudad, no solo por la amabilidad o cortesía de sus gentes, sino por la limpieza de las calles y frentes de las casas y apreciar y gozar de su hermosa y refrescante arborización urbana que se debe incrementar al máximo. Hay algo más importante y es que las distintas dependencias de la administración municipal cumplan sus funciones, así se recupera el orden en todos los ámbitos de la ciudad. Conocemos algunos casos que muchos delitos se fraguaban en ellas.
La calidad de vida no es solo en el interior de las viviendas, es en las calles de la ciudad cuando en ellas se encuentra gente culta y amable y se puede transitar con seguridad. Algunos recordamos como era el señorío en las calles de la ciudad y en todos los lugares de la urbe.
Gracias al Alcalde Eder Garcés, su labor ha comenzado con éxito liderando con el ejemplo y con honestidad y todos debemos unirnos al propósito de volver a la Cali cívica, pues sin esa colaboración o mejor la participación de todos en recuperarla, su labor será imposible. La ciudad es de todos y de todos el deber y la responsabilidad con ella. Nunca olvidemos que no debemos ser mugres con Santiago de Cali, todo lo contrario, y siempre recordar que la ciudad más limpia no es la que más se barre, es la que menos se ensucia.