Vicky Dávila, como periodista en 30 minutos de la convención de Asobancaria en Cartagena, la directora de SEMANA, con magistral intervención en formato radical oposición, se robó el show mediático nacional y comenzó otra etapa de su campaña presidencial, al lograr un largo aplauso de los asistentes, empresarios y funcionarios privados del sector financiero y bancario del país. Precisó la persecución del presidente a los medios, pidió la defensa de la democracia y aprovechó para evidenciar su pensamiento ideológico para captar una audiencia, ávida de liderazgo político nacional.
Vicky en frases:
- Soy una convencida de que en manos de la empresa privada está gran parte del futuro del país. Especialmente, el de los más pobres, los más necesitados.
- Hay que hacer lo que toca y no lo que conviene. Es la paradoja de estar tan cerca del poder, pero tan distante de él. Por eso, la libertad de prensa es, sin duda, uno de los pilares de la democracia y debemos defenderla como se debe defender la democracia misma.
- No más estigmatización al empresario, no más señalamientos y persecución, no más ese discurso de extrema izquierda que quiere ponerlos contra la pared y quebrarlos, para que todos seamos iguales, eso sí, no en derechos y obligaciones, sino en pobreza.
- Ese discurso de lucha de clases que desafortunadamente ha utilizado el Gobierno Petro, y que hace tanto daño. Promover el odio y el resentimiento contra los empresarios es una gran equivocación.
- Colombia necesita empresas cada vez más comprometidas y más prósperas, que generen más empleo y de mejor calidad, que produzcan riqueza y que al final esa riqueza se vea reflejada en todo el país. Aquí tenemos que recuperar la confianza y lograr que se dispare la inversión. Todos estamos preocupados por la economía que está seriamente golpeada y en declive.
- Que nadie vuelva a sentir miedo de invertir en un país tan maravilloso como Colombia. No podemos perder la esperanza. Siempre habrá cosas que mejorar, caminos que corregir, pero gracias por lo que hacen y, por favor, resistan, ¡resistan¡
- No vengo a darles una cátedra económica a los banqueros, ni más faltaba. Tampoco pretendo hacer una charla dictatorial para los colegas. De verdad, no hay nada más detestable que esa superioridad moral desde la que algunos de la élite periodística pontifican, como si se las supieran todas. Los periodistas no somos infalibles. Nos equivocamos, y mucho. Somos mortales. No tenemos la verdad revelada.
- Hoy vengo simplemente a compartirles mi visión del oficio y del país como directora de SEMANA, sin mayores pretensiones.
- El periodismo, obviamente, tiene una función primordial que consiste en informar. Pero ante los retos globales, y en un país como Colombia, esa función debe trascender hacia una defensa cerrada de la democracia, la libertad y las instituciones.
- El periodismo no puede ser silencioso ni acomodado o convenientemente “prudente” en tiempos turbulentos en los que el futuro del país está en juego.
- Los periodistas y los medios tenemos una obligación moral con millones de colombianos, defenderlos, decir lo que ellos no pueden y estar siempre de su lado. No del lado del poder, del Gobierno y de los politiqueros.
- Siempre he pensado que los periodistas somos una especie de misioneros en busca de la verdad. Aunque suene un poco romántico, así lo veo. Por eso los periodistas no podemos tener precio, no podemos ser unos negociantes, cuya mercancía es la información o la noticia, la pauta no nos puede callar y no nos puede desviar el camino.
- Lo digo con la autoridad moral que me otorga el siempre haber vivido de un salario, me han pagado bien, muy bien, pero nunca he hecho publicidad, ni negociado con clientes, ni recibido jugosas comisiones, esas que muchos persiguen y con las que se llenan los bolsillos. He preferido siempre mantenerme al margen de esos intereses. Reconozco, señoras y señores, he perdido plata, pero he ganado en independencia. No tengo compromisos con absolutamente nadie.
- Los periodistas tampoco nos debemos callar por miedo ni por amiguismos o ideologías.
- Colombia necesita periodistas y medios con posiciones claras. El periodismo tibio, inevitablemente, se convierte en cómplice. El periodismo salomónico, ese que concede aquí y allá, arropado en la inexistente objetividad, es a mi juicio muy peligroso para la sociedad.
- ………………La libertad de prensa es, sin duda, uno de los pilares de la democracia y debemos defenderla como se debe defender la democracia misma.. Sin libertad de expresión, sin libertad de prensa, no hay democracia. Y por ello, cada vez que se silencia a un periodista se silencia la democracia.
- Y aquí hago un mea culpa. Los periodistas tenemos mucho por mejorar y aprender. Cada día es un reto y más en un país como Colombia.
- Debemos declararles la guerra a las fake news que nos muestran un mundo paralelo que a veces parece tan real. Un enemigo peligroso que debemos combatir con decisión.
- …Necesitamos cada día más periodismo, en medio de los retos locales y globales que se nos imponen.
- Aprovecho para hacer un llamado a los colegas. Entre más divididos estemos, entre más caníbales seamos y entre más profundicemos la guerra entre nosotros mismos, más débiles seremos y más difícil será ejercer el oficio en nuestro país.
- Las estigmatizaciones, los señalamientos y hasta la competencia brutal y despiadada solo nos lesionan la credibilidad. De esa dictadura de la superioridad moral no queda nada bueno. Al final perdemos todos, los periodistas, los colombianos y el país. Ganan, eso sí, los corruptos, los criminales y los politiqueros que solo atacan a la prensa como un mecanismo bajo de defensa, aunque sean culpables. Nos dicen mentirosos, neonazis, prepagos, hasta nos acusan de hacer montajes. Ese es el cinismo de la culpa. Los periodistas solo seremos mejores cuando mejor interpretemos a la gente y cuando más cerca estemos de los ciudadanos y sus necesidades. No nos hace mejores periodistas ir a tomar whisky a Anapoima o ser aplaudidos por el circulito.
- …………..Ustedes, empresarios, banqueros, apoyen la prensa libre, defiendan la libertad de prensa, la libertad de expresión y la verdad. Es lo primero que se ve amenazado en gobiernos con características autoritarias. Perder la prensa, callarla, es el principio del fin de una democracia.
- No soy opositora, soy periodista…
- No hago política con el periodismo, eso sí, tengo la convicción de que a través del ejercicio periodístico puedo hacer patria. Y no pienso claudicar en mi obligación moral de defender la democracia, las instituciones, la verdad y la libertad.
- Señoras y señores, el país debe estar en alerta con la “constituyente” que este Gobierno nos quiere imponer a la fuerza, un plan, un libreto que busca perpetuar el proyecto político de Petro. Y no olviden, la reelección presidencial en nuestro país está prohibida por la Constitución. Los colombianos no pueden aceptar atajos o trampas. El período de Petro termina el 7 de agosto de 2026. En elecciones libres y democráticas, los colombianos deben votar bien, por un gobierno responsable, sensato y decente. Los ciudadanos están cansados de que les mientan y de que los usen, necesitan que les resuelvan sus problemas, necesitan volver a creer. Ojo con la inseguridad en todo el país. Asimismo, con el avance del narcotráfico.
- Alerta, con lo que está pasando en las Fuerzas Armadas, este Gobierno las está debilitando y las tiene con las manos atadas. La inteligencia ha sido desmantelada y, usando la subordinación, les dan órdenes para impedir que actúen. Desde aquí les digo a las Fuerzas: solo cumplan la Constitución, el pueblo está con ustedes.
- Alerta con la expansión, el enriquecimiento, el rearme y el mayor control territorial de los grupos criminales en Colombia. No existe una política oficial efectiva para combatirlos y contenerlos. Por el contrario, la mano blanda ha permitido que los delincuentes puedan incluso gobernar en varias zonas del país y someter al régimen del terror a los ciudadanos.
- Alerta con la economía, está golpeada y en declive. La empresa privada es fundamental en la solución. Necesitamos volver a tener un país próspero, con oportunidades para todos, pero eso solo se logra estimulando la inversión, el crecimiento económico y la generación de empleo. Esto es muy importante: algunos empresarios han decidido negociar con el Gobierno, entregarse, solo pensando en sus bolsillos, y no en el futuro del país. Es imperativo que entiendan que esto los convierte también en cómplices. Miren en qué van las reformas de la salud, de las pensiones, por mencionar algunas. Los errores se pagarán con vidas y muchas tristezas.
- Alerta, no podemos permitir intromisiones del presidente y su Gobierno en la administración de justicia ni la utilización de esa justicia como arma de persecución política. La independencia de poderes es sagrada. Y valga la pena resaltar el valor de tantos magistrados de las altas cortes, así como de jueces y fiscales, quienes han sido un muro de contención.
- Gratitud para nuestros millones de lectores, y todo el honor a la redacción de SEMANA y a todos aquellos periodistas que creen que decir la verdad es innegociable, aunque cueste la vida misma.
- A esos periodistas que nadie protege, y en especial a los colegas en las regiones más apartadas y convulsas, gracias por seguir haciendo periodismo. ¡Que Dios les pague!
- No podemos sucumbir ante el terrorismo político del Gobierno Petro, no podemos perder la libertad, no podemos perder la democracia, tenemos que resistir.
Conclusión: Victoria rápida de Vicky – Veni, vidi, vici
- Lo logró porque habló con sencillez, como es, con su vena politica vallecaucana y en un lenguaje claro que le gustó a los dueños de la banca colombiana
- Precisó más que una conferencia, un discurso preparado para el auditorio
- Montó show mediatico en redes, desde su ingreso, con Semana y sin Semana
- Logró su cometido, enojar al gobierno, generar una crisis nacional , que obligó al gobierno, a bajar el tono, con el serio mensaje económico del presidente y del minhacienda, haciendo Laura Sarabia, de “ hábil componedora”
- Le permitió a Vicky, navegar como periodista, jefe de oposición y candidata presidencial.