Mientras que la economía del país continúa estancada ya que apenas si creció 0.7% del PIB durante ele primer trimestre del año, la producción industrial cayó en un 11.1% y las ventas del comercio se redujeron en 5.6%; el grupo AVAL reportó un crecimiento de activos y depósitos, obteniendo una ganancia de 113 mil setecientos millones de pesos en el primer trimestre por el buen desempeño de las operaciones bancarias y en los once sectores no financieros en donde tiene una marcada influencia.

Sus directivos consideran esencial continuar trabajando con el gobierno del presidente Petro, particularmente en lo relacionado con la construcción de la infraestructura que requiere el país y como una forma de contribuir a la reactivación de la economía, que de acuerdo con las cifras dadas a conocer recientemente por el DANE, señalan un bajo crecimiento económico que difícilmente podrá superarse, si como dicen los analistas no se planea una verdadera estrategia para sacar al país del estancamiento en que  se encuentra.

Lo peor de todo, es que el gobierno está obsesionado con tomar una serie de medidas que han sido calificadas por los expertos de cortoplacistas y de simple intervencionismo. Mientras tanto, el presidente acusa al banco de la República como responsable de la caída de la demanda de alimentos y automóviles, a la vez que no existe una política clara para reactivar la economía en sectores como la industria, la vivienda y las actividades comerciales de diferente índole.

A lo anterior, se suma un reducido gasto público eficiente encaminado a impulsar el crecimiento económico y social, lo cual contrasta con el incremento del gasto público en materia de funcionamiento del aparato burocrático y tecnocrático del Estado , a lo que se debe agregar la abultada deuda con el sector financiero que con el déficit de la balanza comercial y de pagos, conducen a que se incremente la dependencia del país de otras economías del mundo capitalista globalizado y en particular, del gran capital financiero nacional internacional.

Por otra parte, está claro que sí no existe inversión productiva de capital en bienes y servicios, no será posible que el país salga del estancamiento y de la crisis. Circunstancia esta agravada aún más con las contradicciones y conflictos sociales que se presentan en el territorio nacional, lo que hará prácticamente imposible recuperar su economía.

La lucha por un cambio de la política económica demanda del gobierno la necesidad de elaborar políticas de carácter productivo que provean por el desarrollo económico del país, sin caer en el extremismo del proteccionismo como de las políticas neoliberales ajenas a toda regulación e intervención estatal en las condiciones de nuestra sociedad capitalista que hoy ofrece un panorama de concentración y centralización de la riqueza social en poder de los grandes monopolios nacionales y extranjeros, que han contribuido con la creación de una mayor pobreza y desigualdad social.

Es conocido que en determinados círculos económicos se afirma que reduciendo el nivel de la deuda pública, aumentando el gasto social y mejorando las oportunidades de trabajo, es viable avanzar en materia de crecimiento económico y social aprovechando la inversión de capital extranjero en el desarrollo de la producción con inversión tecnológica, aspectos estos que si bien es cierto revisten una especial importancia económica y social, muy poco beneficia a millones de personas que se quedan sin trabajo y sufren un grave deterioro de su condición económica y social, en tanto que los verdaderos beneficiarios están representados por el gran capital monopolista privado asociado con el Estado , que se quedan con la mayor parte de la riqueza social que se produce con el trabajo del pueblo colombiano.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

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