Publica la prensa que el crecimiento de la economía del país o PIB en el 2023 fue solo del 0.6%.  Pero ya los estudiosos tienen claro que el PIB no es la panacea del mundo. Hace rato el senador norteamericano Robert ” Bob ” Kennedy observó: “el PIB lo mide todo, excepto aquello que hace que la vida merezca la pena” y es urgente que comprendamos que los recursos de la Tierra son finitos, es decir no crecen, se consumen y ello hace que promocionar o gestionar el crecimiento del PIB es acelerar el agotamiento de esos recursos del Planeta Tierra, agotamiento que se precipita aún más con la exponencial explosión humana. Solo pensemos que según se informa, hay en el mundo del orden de 2.000 millones de personas pasando hambre.

Hoy se tiene claro que es indispensable consumir menos de lo superfluo, reciclar, ahorrar y volver a muchas de las prácticas cuando no existía la propaganda masiva de hoy. Oferta de cosas no fundamentales para la vida, donde en muchas de ellas vale más su publicidad y su empaque. Hay algunos esfuerzos, tímidos diríamos, para promover el reciclaje y producir menos basura, pero no son suficientes. Igual se habla de crear más empleo, pero más empleo tampoco crea más recursos, todo lo contrario, incrementa el consumo de lo superfluo o innecesario. Ya no ocurre el milagro de la multiplicación de los panes y los peces.

Todo lo anterior lo vemos en nuestras ciudades, cada día más gente acude a ellas en busca de mayores oportunidades, pero solo aumentan los cinturones de miseria y tenemos más gente en las calles ofreciendo comistrajos o pidiendo limosna.

Está claro que el PIB no evalúa la salud, la educación, la igualdad de oportunidades, el estado del ambiente ni muchos otros indicadores de la calidad de vida. Ya algún conocido economista me afirmó que los libros de economía era urgente reescribirlos. Es decir, como dicen las academias de historia: “veritas ante onnia”. En otras palabras, no acortemos los días de esta pequeña pelota que es nuestro planeta tierra, en ese ilimitado mundo en donde nuestra estrella más cercana está a cuatro años luz. Para tener claridad donde queda Alfa de Centauro no olvidemos que la velocidad de la luz es de 300.000 kilómetros por segundo.

Nicolas Ramos Gómez

Ingeniero Civil , ex gerente de Emcali y ex Presidente de la SMP