La elección de Alejandro Eder como nuevo alcalde de la ciudad generó un gran despliegue publicitario que linda con el optimismo desbordado en la creencia de que el nuevo gobernante logrará por fin resolver los innumerables y graves problemas que afrontan la ciudad y sus habitantes.

Varios de los problemas de la ciudad vienen de tiempo atrás determinados por diversas causas cuyos efectos se han acumulado en el tiempo, generándose con ello una situación crítica ante la cual los mandatarios de turno no tomaron las medidas adecuadas para corregirlos, en tanto que su solución demanda en buena parte de la participación de los ciudadanos de acuerdo con lo establecido en la Constitución y en la ley que ordena que los funcionarios deben garantizar en la práctica el ejercicio de la democracia participativa y decisoria.

En este caso, no se trata de que el nuevo alcalde se limite a comunicarles a los ciudadanos varias medidas y la realización de toda clase de planes y proyectos en diversos campos (obras públicas, salud, educación, saneamiento básico, carreteras, viviendas, etc.) las cuales aunque son importantes y contribuyen a mejorar el aspecto de la ciudad, no son suficientes per se, en la medida en que ese tipo de acciones aunque muestran otra “cara” de la ciudad abandonada no promueven la prosperidad general ni garantizan la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; como tampoco facilitan la participación de todos en las decisiones que los afectan en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación; ni aseguran la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo, como lo dispone el Art 2 de la Const. Pol., al consagrarlos como fines esenciales del Estado Social de Derecho y que deben ser garantizados y desarrollados en el ejercicio de la función pública de cualquier cargo.

El alcalde A. Eder manifestó públicamente su intención de recuperar a la ciudad de Cali del estado de postración en que se encuentra, contando para ello con el concurso de la comunidad caleña.

Sin embargo, en muchos sectores sociales existe la preocupación de que el mandatario al frente de su equipo de gobierno incluyendo a sus asesores, esté avocado a repetir las viejas y desuetas medidas que poco o nada han servido en el pasado para resolver los problemas seculares de la ciudad, como son entre otros, los generados con la conducta asumida por los conductores de las motos que permanentemente violan las normas del tránsito, etc., y que no pueden resolverse con medidas simplemente represivas, sí estas no van acompañadas de una campaña permanente de concientización y respeto a las normas.

En una ciudad tan polarizada, fracturada y anárquica como Cali, no se trata de entrar en discusiones “inútiles” entre los funcionarios y los ciudadanos, las cuales no conducen a crear conciencia y respeto de las normas, en tanto se impone la necesidad de resolver los  problemas que nos aquejan y que han generado un clima de violencia inusitada en gran parte de la ciudad.

Por otra parte, algunas de las medidas que aspira implementar el alcalde Eder relacionadas por ejemplo, con el transporte masivo MIO y la disposición de poner a circular más de 700 buses para atender las necesidades de los caleños en materia de transporte, no poseen una base real suficientemente fundamentada en la propia realidad teniendo en cuenta la situación de crisis económica, financiera y técnica por la que atraviesa dicho sistema de transporte, estando de por medio una situación económica tanto de déficit de oferta como de demanda de pasajeros.

Finalmente, resulta preocupante la afirmación del alcalde Eder de reducción del valor del recaudo del impuesto predial disminuyéndose sustancialmente los recursos para atender las necesidades del distrito, circunstancia esta que pareciera ser un pre anuncio de aumento del impuesto predial.

 El jefe de la administración no solo debe tener una visión de corto y largo plazo sobre el futuro de la ciudad sino profundizar en las verdaderas causas de los problemas que se presentan en la realidad para no quedarse en el análisis superficial de los fenómenos, con lo cual no se avanza más allá de las simples sensaciones y percepciones que arroja la aparente realidad económica, política y social.

Hoy más que nunca, es necesaria la participación ciudadana expresada en forma libre e independiente por diversos sectores y clases sociales, culturales, etc., para construir una visión diferente a la de ciudad del rebusque. la informalidad, el trabajo precario que corresponde a las actividades de servicios plasmada en la idea de Cali centro de servicios deportivos, culturales, turísticos, empresariales y de servicios.

ADENDA: El desorden en la ciudad llegó a tal magnitud que cada persona hace lo que le parece según su interés y conveniencia entre otros, apropiándose del espacio público para parquear sus vehículos, grandes o pequeños, sin importar la movilidad de los demás; colocar música con un volumen que perturba la tranquilidad del vecindario, construir violando las licencias de construcción, etc., todo ello es posible porque tienen la seguridad de que es nula la operatividad del Estado para impedir estos comportamientos en tanto que otros, fueron permitidos por administraciones anteriores y no solo la que acaba de concluir su mandato.

ADENDA 2. El alcalde Eder con su secretario de movilidad y de infraestructura entre otros, deben desplazarse a los barrios del oeste para constatar el desorden y los múltiples problemas en movilidad, carencia o mal estado de andenes y vías públicas, contaminación del medio ambiente, violación al paisaje, etc. Su presencia se requiere en la intersección de la carrera 3 B oeste con calle 7 oeste barrio Arboleda, cerca al CAI de Bellavista, para empezar a organizar el tránsito y la movilidad..

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

Veeduría Ciudadana por La Democracia y La Convivencia Social

El Control Ciudadano Sobre la Gestión Pública es Condición Indispensable para el Ejercicio de la Democracia y la Convivencia Social