Cada 10 de mayo (o en la fecha que corresponda en el calendario), nos encontramos rodeados de flores, tarjetas, chocolates, tortas, electrodomésticos, ropa, cosméticos, perfumes, etc, detalles en honor a ella, y, por supuesto, la eterna pregunta: ¿Qué le regalamos a la mujer que lo sabe todo, lo puede todo y, a veces, nos hace sospechar que tiene poderes mágicos? Sí, me referiero a esa adorable mujer llamada: Mamá, esa superheroína sin capa que con una sonrisa puede resolver cualquier situación, esa mujer con “poderes” especiales, capaz de cocinar, atender una llamada, regar las plantas, ayudar a hacer tareas escolares, abrir la puerta, recoger desorden, lidiar con las mascotas de casa, y todavía tener tiempo para decirte: que no dejes la ropa tirada…y aún así, cansada, exhausta, termina el día con una lección de vida que tú nunca pediste, pero que te será útil para toda la vida y jamás olvidarás. La Mamá multitarea que puede con todo..!
Hoy, quiero rendir homenaje a las madres, en todas sus formas y estados, porque su luz nunca se apaga, aunque a veces la distancia o el dolor nos quieran hacer olvidar. En el alma de cada uno de nosotros late una canción eterna dedicada a esas mujeres que, con su amor y entrega, conforman la esencia misma de la vida. Es una oportunidad para reflexionar sobre el papel fundamental que desempeñan en nuestras vidas y para expresarles, de manera sincera y profunda, con inmenso reconocimiento y gratitud. Una misión de toda la existencia.
A esas madres, primeras maestras de vida, que con sus manos llenas de historias y sacrificios, han tejido los valores que hoy llevamos en nuestro corazón. Gracias por cada noche en vela, por cada palabra de aliento, por cada regaño, jalón de orejas y por cada abrazo que curaba todas las heridas. Su amor, refugio impenetrable, un faro que ilumina nuestro camino incluso en las tormentas más oscuras; en cada latido del corazón llevamos su nombre, porque seguirán siendo la razón de nuestra existencia y la mayor bendición.
Una madre es la fuerza invisible que sostiene nuestros sueños y llena de amor cada uno de los pasos que damos a través de los años. Su sonrisa ilumina el camino más oscuro y convierte los momentos difíciles en oportunidades de aprendizaje.
Las Madres son el corazón de la familia, las guardianas de la ternura, la paciencia y la dedicación, pero también la autoridad y firmeza. Desde el primer instante en que una mujer se convierte en Madre, su vida se transforma en un acto de entrega constante, en una labor de amor silencioso pero poderoso; enfrentan desafíos, sacrificios y momentos de incertidumbre, siempre poniendo las necesidades de sus hijos por encima de las propias. Es oportuno expresar gratitud hacia los hijos, pues ellos nos enseñaron a ser Madres…!
Este día no solo es una celebración, sino también un reconocimiento a su esfuerzo diario, a su fortaleza y a su capacidad de amar incondicionalmente. Es un momento para recordar que ser madre es una vocación llena de sacrificios, pero también de inmensas satisfacciones. Es un acto de valentía, paciencia y perseverancia que merece ser honrado con gratitud y respeto.
En el homenaje a las Madres, también recordamos a aquellas que, a pesar de las adversidades, continúan luchando por sus hijos, que en este día podamos expresar con palabras, gestos y acciones cuánto las valoramos y las amamos. Que nunca olvidemos que el verdadero valor de una Madre, no se mide solo en gestos, sino en el amor constante y desinteresado que ofrece sin esperar nada a cambio.
A las madres que descansan en el cielo, las que desde allá nos cuidan y guían con su amor infinito, les agradecemos por los sacrificios y las lágrimas silenciosas que sembraron en nuestro camino. Su presencia, aunque ausente en el plano terrenal, vive en cada latido, en cada recuerdo, en cada acto de amor que llevamos en el corazón. Cada madre es única y especial, con historias, sueños y sacrificios que enriquecen el tejido de nuestras vidas.
Seguiré invocando eternamente este hermoso párrafo con infinita gratitud y mucho amor: “Para mí nunca existirá una mejor mamá como la que me tocó. Yo a esa reina la escogería en un millón de vidas más…Dios se lució con la madre que me tocó” (sic). Gracias Madre mía por tanto. Te amo!
Feliz día en el cielo a mi Madre hermosa y a todas las Madres…!
Comunicadora y Periodista - [email protected]