Los colombianos estamos contentos, con la bonanza del café colombiano del 2024 y el inicio de 2025 . que se ha caracterizado por un gran aumento en la producción y en los precios internacionales, consolidándolo de gran importancia en la economía de Colombia; aumentando un 23% su producción de café en 2024, la mejor cosecha en cinco años.
Este crecimiento de la industria cafetera en Colombia, cerró con una producción de 13,99 millones de sacos de café de 60 kilogramos, según informó la Federación Nacional de Cafeteros. También los precios internacionales del café han superado los US$3.5 por libra, con cifras que han llegado hasta US$3.69 en la Bolsa de Nueva York.
El aumento de producción y los altos precios ha permitido al sector cafetero colombiano contribuir significativamente al Producto Interno Bruto (PIB) del país. Sigue siendo un motor clave para el agro colombiano, con un aumento del 10,3% del PIB de cultivo de café en el primer semestre de 2024.
Algunos analistas advierten que esta situación podría ser más un “buen momento” coyuntural que una bonanza sostenible ya que la sequía y otros fenómenos climáticos en Brasil y Vietnam, los principales productores de café a nivel mundial, han reducido su producción, lo que ha llevado a un aumento en la demanda del café colombiano. La presión por cumplir con estándares de sostenibilidad, como el Pacto de Cero Deforestación de la Unión Europea, ha incrementado el interés por el café colombiano, conocido por su calidad y trazabilidad.
La búsqueda de nuevos mercados ha llevado a Colombia a establecer relaciones comerciales con países no tradicionales, como China y Medio Oriente, donde las exportaciones han crecido significativamente.
A pesar de la bonanza de café, persisten desafíos para los caficultores colombianos. La incertidumbre sobre la sostenibilidad de los altos precios es una preocupación constante. Expertos sugieren que, si bien el aumento actual es beneficioso, es crucial que el sector aproveche este momento para consolidar su posición en el mercado global y diversificar sus productos. También se destaca la necesidad de mejorar las condiciones económicas para los pequeños productores, quienes son los más afectados por las fluctuaciones del mercado.
Los cafeteros colombianos están implementando diversas estrategias para mantenerse competitivos en el mercado global, especialmente ante los desafíos que presenta la volatilidad de precios y la creciente competencia internacional.
Se está consolidando una estrategia enfocada en la calidad del café colombiano, promoviendo prácticas de recolección y procesamiento que aseguran granos de alta calidad. Los productores están adoptando prácticas agrícolas más sostenibles, incluyendo técnicas de agricultura regenerativa y reduciendo el uso de pesticidas.
La Federación Nacional de Cafeteros está promoviendo el uso de tecnologías avanzadas para optimizar la producción y la cadena logística del café. Esto incluye la digitalización de procesos y la mejora en la gestión de la cadena de suministro para reducir costos. Se están desarrollando campañas de marketing para llegar a otros mercados.
Para fortalecer la cultura cafetera en Colombia, se están creando estrategias que incentivan la demanda del consumidor interno por cafés de calidad. Esto no solo ayuda a estabilizar el mercado, sino que también aumenta los ingresos para los productores locales.
Los cafeteros están utilizando contratos que les permiten fijar precios y volúmenes de venta a futuro. Se han establecido mecanismos que permiten a los productores asegurar un precio mínimo para su café, lo cual es crucial en un contexto donde los precios pueden fluctuar drásticamente.
Las estrategias implementadas por los cafeteros colombianos buscan prosperar en un mercado global competitivo, a través de la mejora continua en calidad, sostenibilidad, innovación tecnológica y marketing efectivo, Colombia se posiciona en el sector cafetero mundial.