Como graduado de Univalle 1976 (Ingeniería Sanitaria), no me extenderé en declarar que en aquella época se nos dio la afortunada coincidencia de :

– Rigor y exigencia Académica

-Alta calidad profesoral

– Desarrollo de la investigación con vinculación de estudiantes y relaciones internacionales fuertes con otras Universidades nacionales y extranjeras.

-Juventud de la época altamente motivada por los cambios globales que sucedían envueltos en un raudal de nuevas ideas y avances del conocimiento

– Liderazgo presente desde todas las orillas que incitaban a ardientes debates que finalmente contribuyeron a nuestra formación ideológica y humanística

– Sector Privado y Publico con altísima confiabilidad en su Alma Mater

– Egresados vinculados de una u otra forma al desarrollo de la Universidad

– Deportes como parte fundamental de nuestra formación

– Infraestructura antigua y moderna (nuevo campus que invitaba al futuro) con los requerimientos adecuados para el desarrollo académico y del conocimiento.


¿ Qué sucede hoy? Será que esta muy fructífera coincidencia o mejor este cruce de caminos se perdió en mayor o menor grado?

En mi opinión algunos abandonaron ese cruce de caminos por diferentes razones, debilitando  la Solidaridad Orgánica hacia la Universidad.

No es necesario hablar de “ La reconquista del tiempo perdido”, son otras épocas por supuesto, pero vale la pena retomar con análisis critico y visión de futuro  los puntos planteados.

La invitación se centra a retomar la experiencia vivida y proyectar el Alma Mater concitando los actores necesarios.

Será una tarea bastante ardua, como decía el físico Niels Bohr “ Es difícil predecir sobre todo el Futuro” acotando que no muera la Esperanza ni se suicide la Razón.

Diego Giraldo Largo