Cada día se hace más notorio el rechazo de las personas por los asuntos de los gobiernos nacionales, departamentales y municipales, o mejor del Estado y en muchas ocasiones expresan que solo lo harían para obtener ganancia económica personal como lo conciben los actuales dirigentes políticos (cunde el mal ejemplo).
Por supuesto que esas declaraciones deben producirnos tristeza, y me llevan a recordar las clases en la Facultad de Derecho, y en particular a leer de nuevo a Aristóteles que consideraba que el ser humano es: un animal político, sociable y con capacidad de tomar decisiones en su comunidad, lo resumía como un zoom politikon en griego, esto le viene por naturaleza hasta el punto que el Estado es una creación natural, por ello hago el siguiente resumen:
- El ser humano es un animal político por naturaleza, y no por accidente,
- El ser humano es capaz de discernir entre el bien y el mal, lo justo y lo injusto,
- El mando político debe ser aprendido por el gobernante y el gobernado,
- La ciudad y las leyes son naturales.
Ese solido pensamiento nos permite diferenciarnos de los animales, nos obliga a organizarnos como sociedad y participar en su conformación, cumplir todo el proceso de vida con contacto social permanente, concluyendo que el hombre solitario solo lo podría ser si fuera un ser superior – un dios o un héroe – o un ser inferior – una bestia y ninguna de esas condiciones somos.
Entonces como personas somos seres racionales que pensamos, reflexionamos, tenemos consciencia de lo bueno, de lo justo y para poder vivir en sociedad estamos en la obligación de INVOLUCRARNOS EN LOS ASUNTOS PÚBLICOS, y así no dejarles el camino libre a inescrupulosos que llegan a saquear las arcas de la comunidad. Por tal menos crítica y más educación ciudadana para volvernos todos responsables al elegir personas con valores, la política, las elecciones debemos convertirla en asunto de interés nacional, las entidades privadas, la academia, deben desarrollar por todo el país foros públicos que faciliten revisar las posiciones de los partidos, de los candidatos para descubrir lo que es mas valioso para la gente, se hace esencial la deliberación para balancear los pro y los contra de cada opción, esto nos permite hablar como ciudadanos y contribuimos en la definición de los intereses públicos.
El mal ejemplo de la abstención de alcaldía de Cali del 54% y en la gobernación del Valle del 50% , es una democracia irregular producto de desinterés, educación o desilusión, pero criticable para ciudadanos como gobernantes, que no hacen la tarea para tener mejores gobiernos y captar el voto libre.
De seguir pasivos, nos tocará hasta darle la razón al expresidente Ronald Reagan que afirmaba:
“se dice que la política es la segunda profesión más antigua del mundo, me he dado cuenta que guarda un gran parecido con la primera”.
Cierto o no, esa dura expresión nos obliga a realizar actuaciones serias, honestas, para elegir gobernantes diáfanos, hoy Colombia se nos desintegra, reaccionemos y dejemos esa inactividad que hasta nos vuelve cómplices de tanto bandido enquistado en los puestos públicos, hoy sobran los ejemplos de tanto bandido en los puestos de comando. Ya dentro de 1 año y pocos días, estaremos eligiendo lo más importante de la democracia y es el legislativo, el Senado y la Cámara, porque con ó sin ellos, un gobierno pasa a la historia o mantiene el sendero de altísima abstención.