En un país donde el sueño de prosperidad se entrelaza con la dura realidad de la desigualdad económica, (según cifra del DANE 33% última actualización año 2023), las pirámides financieras han encontrado un caldo de cultivo perfecto. A pesar de las múltiples víctimas y los escándalos de estafa que han dejado huellas imborrables, la atracción por estos esquemas fraudulentos continúa vigente. ¿Por qué, entonces, sigue existiendo una fé tan arraigada en estos negocios espejismos?

Uno de los principales atractivos de las pirámides es la promesa de una riqueza rápida, inmediata y fácil, algo que puede parecer irresistible para aquellos que lidian con la presión económica. En Colombia, donde muchos ciudadanos enfrentan condiciones de pobreza y desempleo, la idea de obtener ingresos extraordinarios en poco tiempo se convierte en un faro de esperanza, de gran ilusión e inmediata solución. Este anhelo, muchas veces desesperado, oscurece el juicio crítico necesario para identificar el riesgo de una inversión.

La falta de confianza en las instituciones financieras formales también juega un papel crucial. En un contexto donde muchos sienten que los bancos no les ofrecen soluciones efectivas a sus problemas económicos, las pirámides aparecen como “la salvación” y una alternativa más accesible y amigable. Las promesas de altos retornos, muchas veces presentadas por personas del entorno cercano, generan una ilusión de seguridad que contrasta con la distancia y la percepción de frialdad que suelen asociarse con las entidades tradicionales.

Ahora bien, en un mundo en el que las redes sociales y la comunicación instantánea han cambiado la dinámica del mercado, las pirámides se benefician de la cultura del “hágalo usted mismo”. Los estafadores no solo utilizan métodos tradicionales de reclutamiento, sino que también se sirven de plataformas digitales para difundir sus mensajes y captar nuevos interesados. El testimonio de un conocido que “ganó mucho dinero”, se convierte rápidamente en una herramienta poderosa de persuasión. La viralidad de estos relatos en redes, puede llevar a que más personas se sumen al juego, confiando en la experiencia ajena en lugar de los hechos reales, tangibles y comprobables.

De otra parte, la educación financiera sigue siendo una asignatura pendiente en el país. La mayoría de las personas carecen de las herramientas necesarias para discernir entre inversiones legítimas y esquemas fraudulentos. Sin una comprensión sólida de conceptos como el riesgo, el rendimiento y la diversificación, muchos colombianos caen fácilmente en la trampa de promesas engañosas; por decirlo de alguna manera cruda es: “El Papel absoluto de la Ignorancia Financiera”. La esperanza se entrelaza con la realidad socioeconómica. En medio de un panorama donde el crecimiento es escaso y las oportunidades laborales parecen lejanas, el deseo de cambiar el rumbo de la vida a través de un “milagro” financiero empuja a las personas a arriesgarse. Este anhelo, que a menudo se ve exacerbado por la inestabilidad y las crisis sociales, se convierte en el motor que alimenta la persistencia de las pirámides.

Y qué decir del caótico “gota a gota”? Háganme el bendito favor, brutal, esta “generosa” modalidad de dinero fácil y rápido en Colombia, se refiere a un sistema de préstamo informal y a menudo usurero que ha proliferado en varios sectores de la economía colombiana, especialmente entre personas de bajos ingresos. Este mecanismo se caracteriza por ofrecer créditos de forma rápida y sin muchos requisitos formales, pero a cambio de intereses extremadamente altos.

Los prestamistas que operan bajo el sistema de “gota a gota” suelen cobrar intereses diarios o semanales, lo que puede llevar a los prestatarios a una espiral de deudas difícil de manejar. Las consecuencias de este tipo de préstamos pueden ser devastadoras, ya que muchas personas se ven atrapadas en un ciclo de endeudamiento que pueden tener dificultades para pagar, a menudo resultando en amenazas, violencia física o verbal y hasta en muerte por parte de los prestamistas.

La problemática del “gota a gota” ha sido objeto de preocupación por parte de las autoridades y organizaciones sociales en Colombia, quienes buscan crear conciencia sobre los riesgos asociados y promover alternativas de crédito más seguras y justas, como las ofrecidas por algunas entidades financieras reguladas.

Combatir estas estafas requiere un enfoque integral que no solo incluya la represión legal, sino también una fuerte campaña de educación financiera y una mejora en la confianza hacia las instituciones. Mientras existan individuos que busquen salir de la pobreza a toda costa, y una falta de información que los guíe, las pirámides y los gota a gota, seguirán atrayendo a los más vulnerables. Es un ciclo que se debe romper y en el que todos debemos trabajar para construir una Colombia más informada y menos susceptible a los embaucadores.

Ahora bien, es de pleno conocimiento que cada banco tiene sus propios criterios y políticas de riesgo, para poder acceder a los créditos, por lo que la decisión puede variar entre diferentes instituciones financieras. Según David Vélez, CEO de la plataforma digital de servicios financieros NU Bank, los bancos no dan créditos a personas sin historial crediticio, tan solo el 12%  de personas en Colombia, tienen acceso a tarjetas de crédito y a créditos como tal,  la gente paga tasas de interés muy altas, cualquier regulación de precios crea escasez, favoreciendo a la economía ilegal que conducen a ver como solución inmediata, el gota a gota o estas prácticas de usura como las que hemos mencionado; Vélez cita: “Un por ciento de movimiento a la tasa de usura, quita más o menos un por ciento del PIB de Colombia en acceso a crédito para la gente” (sic). El CEO añade, que parte de la solución no es regular, parte de la solución es que exista más competencia, formalizar la economía, respeto y cuidado por el cliente, quitar esas barreras de entrada al sistema, liberar la tasa de usura que podría traer más beneficios al país y menos equivocaciones financieras.

Pero…¿Por qué Colombia sigue siendo un terreno fértil para las estafas y usuras?

Habrá que seguir con la lupa puesta..!

Emperatriz Giraldo S

Comunicadora y Periodista - [email protected]