Un recordado amigo siempre hablaba de la brújula con espejo y al preguntarle la razón del espejo decía que era para que el tonto viera quien estaba perdido. Esa historia se puede aplicar con toda propiedad al actual Presidente Petro, dado que es el perdido que le está causando al país un daño inconmensurable con su actual desgobierno.
Tanto el Presidente como sus ministros son responsables de todos los proyectos que, improvisados, han presentado al Congreso, cuyas mayorías, con igual irresponsabilidad, también usan una brújula con espejo. El gobierno, antes que construir, ha dañado lo que con algunas falencias funcionaba y así pasó la salud al caos total sin recursos y sin medicamentos, por citar un ejemplo. Pero mientras el Presidente habla sobre lo humano y lo divino en sus improvisadas intervenciones o trinos por las redes, el orden público es cada día más precario y los narcotraficantes, disfrazados de guerrilleros, progresivamente hacen presencia en el país. El Ministro de Defensa coopera en quitarle recursos a la fuerza pública y así dejar el campo libre a los narcotraficantes para que mejoren día a día su dañino negocio. Igual pronto tendremos costosos apagones por el abandono de los proyectos hidráulicos para generar energía eléctrica.
Los costos para el país son inmensos con la creciente inseguridad en muchas regiones por la ausencia total de la fuerza pública, de la cual es cómplice el actual desgobierno; la destrucción de muchas zonas de bosque y la contaminación del agua por la minería ilegal; el crecimiento de los sembrados de coca a costa de la deforestación y sería interminable mencionar todos los desastres que viene ocasionando el Presidente Petro, que como algunos dicen, se encuentra acorralado por algunos de sus conmilitones, presentes en su equipo de desgobierno.
Si el Congreso no cumple tampoco con su deber y el Presidente sigue por 18 meses usando la brújula con espejo, no sabemos cuántos años le costará a Colombia recuperarse, uno de los países más ricos del mundo en biodiversidad. Por urgente necesidad, los colombianos debemos ser la trabajadora hormiga de la fábula y no la irresponsable y alegre cigarra personalizada en el Presidente Petro.