Uno de los orgullos de Santiago de Cali es su arborización, que se fortaleció para su IV Centenario, cuando se sembraron cerca de 167.000 árboles. Los que visitan a Cali la denominan La Ciudad Verde y con razón, a pesar de que tristemente muchos árboles ya envejecieron, fueron talados y solo quedan sus troncos en los andenes. Lamentablemente no se observa la labor del DAGMA, quien si tiene una eficiente cuadrilla de leñadores, que es para ellos un buen negocio, pero la cuadrilla sembrando árboles no se les encuentra por parte alguna, creo que no existe.
Considero que el DAGMA en su actuar es tan inútil como la CVC, pero con la diferencia de que no tiene cuentos verdes. Si me equivoco sería interesante que el DAGMA indicara cuantos árboles ha sembrado y cuantos ha ordenado talar en los últimos 10 años y las razones para ello. El Alcalde Eder, quien indudablemente quiere cambiar la ciudad debería obligarla a revelar esas cifras.
El tema anterior es importante después de haber celebrado la ciudad con éxito la COP16 y ojalá que, para la conmemoración del V Centenario de su fundación, se superara o por lo menos se igualara lo sembrado para su IV Centenario.
Sobran las razones para la necesaria siembra de árboles, no solo para refrescar el clima y embellecer las calles, sino para reducir la contaminación atmosférica que viene causando altas tasas de enfermedades respiratorias. Quiera la autoridad de la ciudad que no siga ocurriendo lo de la Avenida Roosevelt, la cual recién construida tenía una hermosa arborización de palmas y hoy es una desordenada calle comercial con los andenes y antejardines invadidos por toda clase de ventas y de vehículos. Pronto se parecerá aún más a las calles del centro de la ciudad, en donde andenes y calles están totalmente ocupados por casetas de vendedores informales. Ambos ejemplos nos muestran un completo desorden y que el control urbano, como en muchos otros barrios de la ciudad, desapareció hace mucho tiempo y solo impera la anarquía o la ausencia de control por parte de la Oficina de Planeación y de la Secretaría de Gobierno.
Todos debemos respaldar al Alcalde Alejandro Eder, quien está volviendo a restaurar el orden y el ejercicio de la autoridad. Sin autoridad solo hay ilegalidad, desorganización e impera por doquier el empobrecimiento del aspecto de la ciudad y de su calidad de vida.