Mientras el presidente Petro se extendía en su acostumbrado y decadente “catastrofismo climático” en la 79º Asamblea de Las Naciones Unidas, en ningún momento se refirió al potencial de Colombia como despensa global de alimentos, su privilegiada ubicación, infinidad de pisos térmicos y abundancia hidrográfica. 

Continuó con frases retadoras hacia los poderes globales, la defensa de Hamas y acusando a Donald Trump de parecerse a Hitler, sin el mismo mirarse al espejo. Era lógico suponer que con el “sol a sus espaldas” de un mandato, que poco puede mostrar de gobernanza y desarrollo, se mantenga en ilusiones ideológicas de la “oligarquía contra el pueblo”. 

El gobierno nacional esta tan alejado de la realidad, que en vez de construir futuro y convertir la agroindustria en punta de lanza en lograr un desarrollo socio económico estable y duradero, ha espantado la inversión privada en procesos productivos. 

La inestabilidad jurídica, carencia de política agraria, inseguridad e informalidad laboral en las zonas rurales y un fallido proceso de paz, que solo ha fortalecido grupos disidentes alzados en armas, es el fantasma que ronda al agro colombiano. 

Pese a lo anterior, la agroindustria se ha convertido en el soporte de la economía nacional. Su crecimiento cercano al 10% dista del 1,5% previsto como PIB del presente año y es precisamente lo que logra la ecuación sea positiva.  

Cinco productos, diferentes a la manufactura y los ataques sistemáticos al sector de minería extractiva e hidrocarburos, se convierten en baluarte del crecimiento económico, más no de generación de empleo formal. 

El precio del Oro ha llegado a históricos sin precedentes. Su cotización prácticamente se ha duplicado en los últimos dos años. Lamentablemente, la minería legal ha sido atacada por la ideología, fortaleciendo la ilegalidad ubicada en territorios controlados por grupos insurgentes y narcotráfico, convertido en herramienta predilecta para el lavado de activos. 

El precio del aceite de palma se ha mantenido por encima de los US $ 1 mil dólares tonelada en el mismo periodo analizado, superior al histórico anterior cercano a los US 500 tonelada. Sin embargo, los grandes palmicultores, por la inseguridad común antes referida, tímidamente están creciendo en área sembrada, dedicando esfuerzos en mejorar eficiencia en campo y extracción. 

Igual situación atraviesa el sector agroindustrial y cañicultor del azúcar.  La estabilidad de precios de los últimos dos años logró recuperar perdidas del sector de años anteriores, pero al igual que el sector palmero, no hay crecimiento en nuevas aéreas de siembra, sino mejoramiento en procesos productivos. La irrigación directa en nuevas zonas de expansión agropecuaria de los municipios vallecaucanos no se verá reflejada en esta ocasión. 

El café está llegando al mítico registro de US 3.oo por libra, favoreciendo los más de seiscientos municipios que abarca el cultivo. Sin embargo, la persecución del gobierno hacia la Federación, en vez de buscar, como se realizó en pasadas bonanzas, mejorando infraestructura y dotar de servicios públicos, centros de educación y salud las zonas rurales, está trasladando el mejor precio al caficultor, entregando un beneficio individual y no colectivo 

El precio del cacao también experimenta una bonanza histórica, triplicando su cotización en los últimos dos años. Lamentablemente tanto cacao como café, ideales para sustitución de cultivos de coca, sin directriz, ni pollitica agraria nacional, no encuentran incentivo alguno para formalizar las zonas marginadas y controladas por el narcotráfico. 

Darle la espalda al patio trasero del país y continuar discursando sobre lo “humano y divino” del contexto global, es y ha sido una constante cortina de humo para ocultar el fracaso de su gobierno.

Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.