Al entrar en el segundo año de gobierno, se presentan un paquete de reformas, que al igual que en las pasadas legislaturas, denotan improvisación y afán protagónico cargado de equivocada ideología que para el mismo gobierno es de total incoherencia.
El presupuesto para la vigencia del 2025, además de desfinanciado, proyecta unos ingresos sin sustento alguno. Un mayor recaudo de impuestos, cuando la realidad del presente año muestra una disminución de aproximadamente un 13%. La inconstitucionalidad del tema de doble tributación por concepto de regalías, presentado en la anterior reforma tributaria, es determinante en la disminución. Por otro lado, se atribuyen mayores ingresos por transferencias de Ecopetrol, cuando la primera empresa estatal registra una menor rentabilidad equivalente al 29% comparativamente al año inmediatamente anterior. Tampoco se prevé la posibilidad de caída de ingresos de una reforma pensional, en revisión constitucional.
Hace unos meses, el mismo ministro Bonilla, con sendas investigaciones por resolver, acudía a una estrategia de recorte del gasto público, en razón a las anteriores consideraciones. Sin embargo, el ejecutivo, poco o nada ha realizado en este sentido, continuando con el derroche e innecesarios gastos burocráticos en entidades nacionales y servicio diplomático. El ministerio de la Igualdad y Equidad, apenas ejecuta menos del 5% de su aforo, y el mismo aparato estatal apenas llega a un 40% de ejecución a Agosto. Es posible que mediante una jugada fiscal, las disponibilidades presupuestales sean giradas y terminen acumuladas en el sistema fiduciario, para ser empleadas discrecionalmente en los años electorales que vienen, que son una tentación provocadora para la rampante corrupción de este gobierno.
La incoherencia se vislumbra en presentar una nueva reforma tributaria, sin hacer la debida diligencia de recortar el gasto y atemperarse a la realidad del recaudo. Por otro lado, la reforma propuesta impactaría el ahorro e inversión al gravar el patrimonio individual, gravado ademas por nuevos avaluos catastrales, situación totalmente adversa a la reactivación de la economía e inversiones forzosas para el sector de la construccion. Cambiar la exoneración del IVA en vehículos híbridos va en dirección contraria al retorico discurso del gobierno de cambio climático y dependencia de hidrocarburos.
Si lo que pretende el gobierno es incentivar la tributación individual, la reforma laboral en curso, no genera estimulo alguno para la formalización del empleo. Contrariamente la reforma se asimila más a un pliego sindical, favoreciendo los sindicalizados, que la mayoría de los empleos formales. Cuando la informalidad es casi el 50%, no sería más conveniente, de todo punto de vista fomentar su formalización, para que esa fuerza laboral contribuya con aportes a seguridad social y ampliación de la base tributaria?
Si a lo anterior advertimos un crecimiento del PIB cercano al 1% la preocupación de la desconexión del gobierno con la realidad económica del país es preocupante.
Ojala las Unidades Técnicas Legislativas del Congreso estudien a fondo los impactos negativos de las reformas propuestas, aconsejando a sus representantes y senadores, el grave error de un improvisado gobierno totalmente alejado de la realidad del paquete de reformas sin ningún tipo de conexión entre si.
Los delirantes, desconectados, polarizantes e incendiarios discursos del inquilino de la Casa de Nariño en nada contribuyen a la reactivación económica que requiere el país.
Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.