El Presidente Gustavo Petro oficializó la decisión de presentar una nueva reforma tributaria o ley de financiamiento en el Congreso de la República en este mes de agosto, lo que podría afectar la dinámica de la economía y se podría profundizar la desaceleración económica y conducir a una recesión.
Es obvio que una reforma tributaria origina mayor desestimulo a la inversión, va a afectar el empleo, a emprendedores, empresarios y a ciudadanos.
Existe una propuesta de un acuerdo nacional que debe ser para consensuar una agenda en el congreso, y en especial sobre la economía, pero gestionar una iniciativa alcabalera con un proyecto de ley en el tercer año del gobierno, cuando con la 1ª tributaria ya se han afectado los ingresos y las utilidades de las empresas no será fácil, y con seguridad afectaría la dinámica inversionista , o el crecimiento económico o mejor no habría un plan de reactivación propuesto para este final del 2024.
En el país los ciudadanos, los empresarios grandes, medianos y pequeños se observa que no tienen manera de financiar más impuestos, que la estrategia sea sobre un ajuste fiscal, disminuir los gastos de funcionamiento del estado, y ante todo la nómina.
La confianza del inversionista se ha venido a menos y por ello el presupuesto del 2025 es deficitario, urgen más de 12 billones de pesos, cuya realidad tiene que ver con la reducción en el gasto.
Una nueva tributaria no es el camino para reactivar la economía y equilibrar las finanzas públicas, porque sería extraer ese volumen de dinero del circuito económico de crecimiento hacia las arcas improductivas del gobierno, lo que va a generar más dificultades en generación de empleo.
Una reforma tributaria no es una política económica ni de estímulo a la inversión, y si se tocan sectores que están muy desacelerados, sería afectar el grueso de la economía, de tal manera que la incertidumbre de los actores económicos crecerá.
En el proyecto de ley de presupuesto del año 2025 no se observa una propuesta de fuerte disminución de los gastos de funcionamiento, por el contrario, lo mantiene y esto indudablemente afecta el equilibrio presupuestal.
De otros lados, sería bueno que se maximizara el gasto en lo que tiene que ver con su eficiencia y eficacia, con buenos índices de ejecución de la inversión pública, hacer realidad la lucha contra la corrupción, luego no tiene sentido que mientras estas políticas no se impongan, una cadena de impuestos, no solamente afecta la reactivación económica que tanto necesita el país