Un duelo épico que se definió en cobros desde el punto penalti y que fue, en todo caso, una tremenda prueba del carácter de la tricolor, que dejó la vida en la cancha de Lyon pero se quedó en el camino y perdió en definición desde los 11 pasos 4-2.
Los penaltis son lo que son: al primer cobro fue Cata Usme y la infalible esta vez falló, en cambio Mariona definió perfecto y adelantó a España; Manuela Vanegas cobró impecable, igual que Eva Navarro; Turno para Lianza Salazar que la mandó a las nubes y Paralluelo marcó un golazo al palo de Tapia; fue Jorelyn a su cobro y dio cátedra, pero la que seguía era Baonmati, que firmó la victoria y la clasificación de las favoritas a la semifinal del torneo en París 2024.
De principio a fin fue un reto de personalidad, de plantar cara en el arranque con una férrea marca y un aviso de seguridad e Tapia, negándole a Paralluelo el primer intento de gol.
Después, la daga del talento que no respeta nada: Mayra Ramírez, a los 12 minutos, aprovechó una recuperación con tintes de falta que no se castigó y a la salida de arquera Coll definió espectacular, al palo que no podía cubrir, con una sangre fría alucinante.
Y entonces, turno para el sacrificio: el de Cata Usme en modo mediocampista tapando las salidas, el de Linda Caicedo solvente por la banda izquierda y Pavi por la derecha, el de Marcela Restrepo de punta a punta cerrando espacios pero, más que anda, el de Daniel Arias y Jorely Carabalí evacuando pelotas a diestra y siniestra, bloqueando sin cesar a las favoritas, que se repetían y caían en la red colombiana, que impedía los remates de afuera, gran arma española.
El infortunio vendría con la lesión de Manuela Paví antes del descanso. En lágrimas se iría peor las curaría un destello de talento: la proyección por derecha de Linda terminaba en un potente remate cruzado que arañaba la portera, pero el rebote quedaba al medio y ahí, de media vuelta aparecía Leicy Santos para marcar el 2-0 a los 52 minutos, aroma puro de batacazo en París.
Pero entonces otro aviso de mala suerte: a los 66 minutos se lesionaba Linda, por la misma razón se iba Mayra Caicedo y ya por agotamiento se despedía Leicy. Obvio, se venía encima España aprovechando la que todos sabían que era su gran debilidad: el juego aéreo defensivo. Por esa vía llegó el gol de la recién llegada Hermoso a los 79 minutos y uno más a los 90+7, cuando el venenoso centro de Paralluelo superó a Vanegas y le quedó a la zaguera Paredes para el 2-2 que forzó el tiempo extra. El peor escenario posible eran 30 minutos de un rival pleno de motivación tras el agónico empate pero además lleno de talentos que vinieron del banco y enderezaron el rumbo como España, y un onceno agotado físicamente, sin sus jugadoras más determinantes y solo con Cata Usme como eje pero sin finalizadoras en la delantera