En el contexto de indicadores que apuntan hacia un decrecimiento de la economía algunos analistas celebran el hecho que las remesas, giros enviados por colombianos residentes en el exterior, registraron un aumento del 13, 6% en el primer trimestre del presente año (2024), equivalente a US $3,560 millones comparado a US $ 3,212 en el mismo periodo del año inmediatamente anterior, de la cual la cuarta parte, US $ 890 millones, se reciben en el Valle del Cauca. La tendencia continuó en abril y seguramente igual se registrará en el mes de mayo, acercándose a un 5% del PIB. 

Pero más allá de celebrar, es importante profundizar en el tema migratorio de colombianos hacia el exterior. Lo primero es la dramática situación de desplazamiento interno causado por la violencia del conflicto armado, recrudecido en el actual gobierno. Las estadísticas del más reciente informe, publicado en junio (2024), de la Agencia de la Naciones Unidos para los Refugiados ACNUR, coloca al país en el tercer lugar en el mundo, tan solo superado por Siria y Sudan y en segundo lugar de solicitudes de asilo sumando 209,000 casos. 

Esta situación repercute en la población urbana establecida, constituido en otro factor influyente en la decisión de colombianos en búsqueda de migrar. 

Comparando la migración venezolana a Colombia en el periodo 2010-2022 estimada en 1,7 millones, la cifra es superada por colombianos, que a su vez han migrado hacia el exterior, aproximándose a 2 millones, con perfiles totalmente diferentes entre los que han llegado al país y los que han salido buscando mejores oportunidades laborales. La Cancillería estima 4,7 millones colombianos viven en el exterior. 

Por décadas el talento y laboriosidad del colombiano es apetecida en el contexto global. La preparación académica en las instituciones educativas preuniversitarias, técnicas, universitarias y de educación superior, transformada en excelencia profesional es bienvenida en los países receptores. 

El 65% de la migración colombiana pertenece al rango entre los 18 y 49 años, lo cual supone en el transcurso del tiempo logran un estatus de residencia permanente o ciudadanía en los países receptores. Tradicionalmente ha sido Estados Unidos el destino preferido. Sin embargo, y en razón a las restricciones impuestas, han convertido a España, México, Argentina, Brasil, Perú, Chile, Canadá, Alemania, Francia, Reino Unido, y en menor escala Australia, destinos colmados de oportunidades educativas y posteriormente laborales. 

Las colonias residentes en el exterior son factor elemental para cerrar brechas culturales, idiomáticas y ofrecimiento de oportunidades de empleo a los recién llegados. En la medida que ellas crecen es común observar la invitación multiplicadora a familiares, amigos y vecinos de incursionar en procesos migratorios. 

La equivocación de nefastas reformas del régimen de salud, pensional y laboral, convertidas en pesadilla, obligan al ciudadano en buscar soluciones individuales para su futuro. La alta demanda global por personal calificado en salud, en ingeniería, en arquitectura, en mecánica automotriz, en mantenimiento, y operarios en procesos industriales, entre otros, encuentra en Colombia, un envidiable semillero que ofrece a la juventud “el sueño del migrante” de oportunidades, bienaventuranza y apoyo a la familia que dejó en su natal país.

Guillermo E. Ulloa Tenorio

Economista de la Universidad Jesuita College of the Holy Cross en Estados Unidos, diplomado en alta dirección empresarial INALDE y Universidad de la Sabana. Gerente General INVICALI, INDUSTRIA DE LICORES DEL VALLE, Secretario General de la Alcaldía. Ha ocupado posiciones de alta gerencia en el sector privado financiero y comercial.