El populismo ha tomado un gran auge en nuestro tiempo y al igual que en el pasado hace parte de amplios movimientos y partidos políticos inspirados en diferentes concepciones ideológicas que sirvieron de base de la lucha social contra la explotación económica del trabajo del campesinado, la discriminación social y la exclusión política del pueblo o de determinadas clases o grupos sociales, frente a la incapacidad de los gobernantes para resolver los problemas que afrontan el Estado y la sociedad en su conjunto.

En la actualidad el populismo se ha difundido en varios países de Europa y de América Latina que sufren los rigores de la crisis general del sistema capitalista que ha entrado en un proceso de declive generado por diversos factores económicos, políticos, sociales, culturales, ambientales, migratorios, etc.

En medio de las condiciones del régimen capitalista, los populistas de nuestro tiempo tienden en muchos casos a convalidar las bases mismas del régimen y las políticas de los gobiernos que buscan afianzarse en el poder del Estado, en tanto que en otras ocasiones rechazan de plano las políticas de las clases dirigentes (económica y políticamente dominantes), las cuales son desmontadas total o parcialmente en medio de la lucha política de los gobiernos contra las clases que han sido derrotadas electoralmente.

Al respecto, existen varios ejemplos en América latina con los gobiernos de Lula Da Silva en el Brasil y de la ex presidenta Cristina Fernández de Kischner en Argentina, los cuales lograron realizar un conjunto de reformas políticas y sociales, que inicialmente movilizaron a diversas clases y sectores sociales, sin que se modificaran las bases mismas del sistema capitalista. En esta ocasión, con la elección de una mujer en Mexico Claudia  Sheinbaum como presidenta y heredera del legado político del presidente López Obrador, le corresponderá poner en marcha una serie de políticas de estirpe reformista, que por lo demás generará un clima de incertidumbre en materia fiscal y mayor endeudamiento, en tanto se dispone a continuar con las políticas asistencialistas con las cuales se cubren las necesidades de varios sectores de la población en estado de pobreza y vulnerabilidad; circunstancia esta que deberá asumirse sobre la base de elevar los impuestos, además de generar las condiciones para atraer la inversión de capitales a su país. En tanto, deberá afrontar los problemas derivados de la violencia criminal que se han apoderado de varias regiones de Mexico, generando una gran zozobra entre los habitantes que viven en dichas zonas de violencia.

Para algunos analistas del populismo es preciso tener en cuenta la situación de cada país en donde existen gobiernos populistas, que lograron ganarse la confianza de las clases medias y populares, particularmente en aquellos Estados en donde se han profundizado las contradicciones y conflictos sociales poniendo en riesgo la propia legitimidad y legalidad de las instituciones gubernamentales.

Para los líderes populistas la voluntad del gobierno debe coincidir con la voluntad del pueblo e interpretarla de acuerdo con sus intereses y necesidades, independientemente de los antagonismos de clase que se manifiestan en la sociedad.

En términos generales los populistas utilizan las reformas para introducir algunos cambios en el orden económico, político, social, cultural, ambiental, casi siempre relacionados con aspectos atinentes con los impuestos, el asistencialismo, reformas a la justicia, la educación, la salud, el régimen laboral, el medio ambiente y la participación de los ciudadanos en la vida de la sociedad. Dichas reformas constituyen un medio para maquillar el régimen de explotación capitalista y atenuar así, las contradicciones y conflictos sociales, además de ocultar las verdaderas causas de los problemas sociales, todo lo cual conduce a atenuar la lucha social por los derechos y libertades de los ciudadanos.

Los populistas de derecha defienden la idea de que al pueblo hay que dirigirlo debido a su apatía, conformismo y pasividad frente al desarrollo y progreso de la sociedad, visión esta contraria a la realidad, no obstante que este se deja manipular especialmente cuando se trata de las campañas electorales.

Ahora bien, el populismo de derecha se expresa de diversas formas ligadas con la existencia de determinados grupos sociales afectos al fascismo, el racismo, la xenofobia y su presencia en la actualidad se ha convertido en una amenaza y en un peligro no solo para la convivencia social sino para la ampliación y desarrollo de la democracia, en tanto que se vale en muchos casos, de la violencia como instrumento de lucha para defender sus reivindicaciones, objetivos y fines políticos y sociales.

Los sectores sociales partidarios del populismo liberal, social-demócrata y de la izquierda radical que en ciertos casos han logrado acceder al poder del Estado, argumentan que el progreso y el futuro de la sociedad dependen en fin  de cuentas del modelo que se adopte para gobernarla, sin tocar los elementos esenciales del régimen capitalista, al cual le introducen algunas modificaciones producto de la lucha social de los trabajadores y del pueblo en general, que como se sabe no afectan su estructura económica-material, sobre la cual se construye la política social y cultural espiritual de la sociedad.

El populismo encarnado en la figura del presidente Petro está inspirado en una concepción liberal radical con apariencia social-demócrata, siendo este partidario de suprimir los monopolios o regularlos para lo cual es indispensable la intervención del Estado en la economía, bajo la sombrilla del intervencionismo liberal, además de mayores inversiones de capital para atender la demanda económica.

En Colombia reinan la inequidad y la desigualdad social ligados con la inmensa pobreza del pueblo colombiano en donde la defensa del interés general se ha sustituido con la presencia de los monopolios que hoy abarcan varios sectores y ramas de la actividad económica y se fortalecen cada vez más al amparo de las políticas intervencionistas o de aquellas que apoyan la desregulación de la economía, que en definitiva generan las condiciones para la explotación económica del trabajo de millones de hombres y mujeres y la apropiación de la propiedad inmobiliaria, accionaria y de la tierra urbana y rural que pasa a manos del gran capital monopolista nacional y trasnacional.

ADENDA: La actitud desafiante y prepotente del presidente Petro como gobernante de Colombia, deja mucho que desear,  particularmente cuando interviene en aquellos asuntos que se debaten en el seno del congreso de la república en su enfrentamiento con los sectores de la oposición conforme a las reglas del Estado Social de Derecho y del principio de la legalidad, al cual deben someterse todos los gobernantes, funcionarios públicos y ciudadanos en general, independientemente de las interpretaciones del presidente que identifica su voluntad con la voluntad del pueblo que lo eligió para dirigir los destinos de toda la sociedad colombiana.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

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