El 7 de enero de 2024 a través del diario El País, el alcalde Alejandro Eder dio a conocer el denominado “Plan Cali 500+”, con el cual se pretende proyectar una ciudad en el mediano y largo plazo, propuesta que sería liderada por Diana Rojas y no estará adscrita al municipio sino que funcionaría con apoyo del sector privado y la comunidad internacional. Dicha propuesta debe ser incluida en el plan de desarrollo y en el plan de ordenamiento territorial POT.

Posteriormente el 24 de marzo en el diario El Tiempo, el alcalde Eder manifestó que “Cali no se puede pegar al pasado, en tanto que se ha presentado a la ciudad un punto de arranque con empleos, un MIO renovado e invirtiendo los recursos y que la COP 16 será un evento para la reconciliación”.

La idea de elaborar planes no es algo nuevo de parte de los alcaldes que han utilizado esta herramienta para plasmar lo que consideran debe ejecutarse en la ciudad de Cali. Un ejemplo de ello lo constituye el plan de trasladar la base aérea Marco Fidel Suárez, o la de construir el corredor verde de las calles 25 y 26, con la construcción del tren de cercanías que circulará por dicho sector. El alcalde Eder ha incluido en su plan de desarrollo dicha obra.

El tren de cercanías no tiene el aval del pueblo caleño o constituyente primario como lo denomina la Constitución Política, que para tal efecto no ha sido convocado previamente a pesar de que el mandatario está obligado a garantizar su participación, ya que se trata de un megaproyecto que transformará urbanísticamente gran parte del sector oriental de la ciudad generando una serie de consecuencias en el orden económico, fiscal, social, ambiental, urbanístico y paisajístico que no han sido analizadas por quienes defienden dicho proyecto.

Entretanto y a la espera de que el Concejo distrital apruebe el nuevo plan de desarrollo, es necesario recordarles a los caleños que el mismo no deja de ser más que un catálogo de buenas intenciones en donde se plasman determinados objetivos y programas que por lo demás reproducen la misma visión de ciudad que ha perdurado durante varias décadas aunque con algunas modificaciones ligadas con el hecho de que la ciudad ha sido categorizada como Distrito Especial Turístico, empresarial, cultural, deportivo y de servicios, específicamente cuando ésta se encuentra ad portas de la realización de la COP 16 sobre biodiversidad.

Entretanto avanzan de manera espontánea los procesos irregulares de urbanización en la parte urbana y rural de la ciudad, generándose con ello en su parte urbana un caos monumental en materia de movilidad que no parece tener control alguno por parte de las autoridades de tránsito, al tiempo que se anuncia la continuación de la construcción de los diferentes tramos de la obra de Cristo Rey en el denominado “parque integral de Cristo Rey” que seguramente se complementará con la construcción de la “vivienda alternativa” autorizada a finales del año 2022 por el Concejo Municipal desnaturalizando el carácter de parque ecológico rural tal como está ordenado en el POT vigente; afectándose con ello el medio natural, paisajístico, urbanístico referente a la movilidad, espacio público, servicios públicos, etc., del sector.

Además, con todos estos desarrollos urbanísticos se afecta buena parte del parque Nacional Los Farallones y el área de reserva forestal que gozan de especial protección en donde nacen los siete ríos de la ciudad, además de los bosques de niebla, humedales, etc.

Esta situación pone en riesgo a los corregimientos que constituyen el 75% del territorio de la ciudad que son ocupados sin que exista ningún control por parte de las autoridades respectivas que han permitido la construcción de lujosas casas, costosos apartamentos y edificios de gran altura, como sucede por ejemplo en los corregimientos de Pance y La Buitrera en la vereda el Otoño, afectando directa e indirectamente el entorno natural, paisajístico y ambiental no solo de estos corregimientos sino de los sectores aledaños y de la ciudad en general. Es necesario agregar que el camino peatonal del ECOPARQUE DE PANCE será pavimentado lo cual constituye un despropósito ambiental, además del despilfarro de los recursos públicos en esa obra innecesaria.

Lo preocupante es que de tiempo atrás ya existían planes para transformar el territorio en detrimento de las fuentes hídricas que nutren los acueductos de la ciudad destruyendo el medio natural y paisajístico que identifica a la ciudad de Cali.

De aprobarse el proyecto de acuerdo que contiene el  Plan de Desarrollo “Recuperemos Cali” presentado por el alcalde Eder, no se logrará solución real y concreta a corto y mediano plazo de los problemas urbanísticos, en tanto se prevé el incremento del impuesto predial como consecuencia del aumento de los avalúos catastrales para el año 2025, circunstancia ésta que conducirá a muchos propietarios a tener que vender sus viviendas, mientras se benefician urbanizadores y negociantes de propiedad raíz agravando la situación social de sus propietarios que serán despojados de sus pequeñas y medianas propiedades, como viene sucediendo con el proceso de renovación urbana del centro de la ciudad denominado “Ciudad Paraíso”.

Tanto el Plan de Desarrollo como el Plan de Ordenamiento Territorial, más allá de reflejar la realidad de la ciudad en su conjunto (económico, social, urbanístico, ambiental, demográfico, etc.), solo expresan los intereses particulares de determinados grupos económicos de interés, mientras en la ciudad aumentan el desempleo, la informalidad, la inseguridad, la pobreza y desigualdad social.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

Luz Betty Jiménez De Borrero / Pablo A. Borrero V.

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